Difícil situación que enfrenta la mayor favela de Río de Janeiro sin electricidad y en medio de una ola de calor
Gran parte del centro y sureste de Brasil está experimentando temperaturas agobiantes y atípicas para la temporada de primavera.
Los habitantes de Rocinha, la mayor favela de Río de Janeiro, están buscando formas de hidratarse y hacer frente a la ola de calor que están experimentando, a pesar de las fallas en el suministro de energía.
Gran parte del centro y sureste de Brasil está experimentando temperaturas agobiantes y récords de sensación térmica tan altos, especialmente considerando que se trata de la primavera austral. Estas condiciones extremas pueden tener efectos negativos en la salud y el bienestar de las personas, así como en el medio ambiente.
Los efectos de las condiciones climáticas extremas, como las altas temperaturas, suelen ser más agudos en los barrios más pobres con una alta densidad de población y viviendas precarias.
En condiciones de altas temperaturas, la falta de aislamiento y ventilación adecuados puede hacer que el interior de las viviendas se vuelva aún más sofocante y difícil de habitar.
La sensación de sauna mencionada por André Candido ilustra el nivel de incomodidad y estrés térmico al que se enfrentan los residentes de Rocinha.
Los albañiles en Rocinha están tomando medidas para hacer frente a las altas temperaturas y protegerse del calor intenso. Beber mucha agua es fundamental para mantenerse hidratado y prevenir la deshidratación durante los días calurosos. Además, las duchas de manguera pueden proporcionar un alivio temporal y refrescante.
La situación de los cortes de energía y las conexiones eléctricas informales en Rocinha es un problema serio y comprensiblemente motivo de preocupación para los residentes. El aumento del consumo de energía y el crecimiento desordenado de la favela pueden estar contribuyendo a la sobrecarga del sistema eléctrico y a los cortes frecuentes.
Las conexiones eléctricas informales, como las telarañas de cables colgando de los postes, son una consecuencia de la falta de infraestructura eléctrica adecuada en algunas áreas de la favela. Estas conexiones irregulares pueden no cumplir con los estándares de seguridad y aumentar los riesgos de cortocircuitos, incendios y accidentes eléctricos.