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Se inicia una campaña con el propósito de limpiar toneladas de basura y cadáveres del Everest en Nepal

Nepal busca recoger toneladas de basura y al menos cinco cadáveres del Everest, a fin de proteger el entorno y la belleza de la montaña

Mientras arranca la temporada de escalada del Everest, atrayendo a cientos de montañeros deseosos de coronar los picos del Himalaya, el Ejército de Nepal inició una campaña con un objetivo bien distinto: recoger toneladas de basura y al menos cinco cadáveres de la montaña más alta del mundo y en otras dos cumbres.

Los militares pretenden recoger en total diez toneladas de desechos sólidos del Everest (8 mil 848 metros), del Lhotse (8 mil 516 metros) y el Nuptse (7 mil 861 metros), afirmó a EFE el general de brigada Sanjaya Deuja, director de la campaña.

La campaña, en su quinta edición y que finalizará el próximo 5 de junio, servirá también para recuperar al menos cinco cadáveres del Everest.

“Todos sabemos que la contaminación del medioambiente está creciendo en el pico más alto del mundo, un asunto delicado desde el punto de vista ecológico. Nuestra misión es proteger el entorno y la belleza de la montaña”, afirmó Deuja.

El propósito no es puramente estético, recordó, al advertir que los glaciares de la cordillera del Himalaya “alimentan a la gente que vive más abajo” al fundirse en ríos como el Ganges o el Indus.

Según el oficial, doce miembros del Ejército nepalí entrenados especialmente para situaciones de alta montaña y 18 guías o sherpas participarán en la misión.

Nepal cuenta con ocho de los 14 picos más altos del mundo, todos ellos con una elevación superior a los 8 mil metros, y el montañismo es una fuente importante de ingresos para el país.

Solo el año pasado, el Gobierno del país del Himalaya emitió un número récord de 479 permisos para escalar el Everest y, según el Departamento de Turismo, este año ya se han concedido 209.

La otra cara de la moneda es que las en torno a mil 500 personas que cada año suben al pico más alto del mundo, si se suman los guías de montaña y los porteadores, dejan detrás toneladas de residuos como bombonas vacías de oxígeno o restos de comida, así como excrementos.

El Gobierno de Nepal ha intentado poner freno a la acumulación de basura en el Everest, obligando a partir de 2014 a cada montañero a descender del pico con al menos ocho kilos de basura, con la amenaza de perder un depósito de 4 mil dólares en caso contrario.

Además de los deshechos, también está la cuestión de los cerca de 300 montañeros que han perdido la vida en el Everest desde que Edmund Hillary y Tenzing Norgay lograron coronar su cima en 1953.

Se estima que dos tercios de los cuerpos continúan enterrados bajo la nieve y el hielo, y muchos de ellos reaparecen cada primavera con la subida de las temperaturas.

Según fuentes oficiales, retirar cadáveres del Everest es un proceso peligroso debido a los riesgos inherentes a la alta montaña, pero también caro: cuesta entre 20 mil y 200 mil dólares.

El Ejército nepalí lanzó su primera campaña de limpieza en 2019 y ha recogido hasta ahora 108 toneladas de deshechos y recuperado ocho cadáveres de diez montañas diferentes, la mayoría del Everest.