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proyecto busca reducir con IA atropellamientos de fauna


Atención, tapir en perímetro próximo en la vía”. Un proyecto de aplicación para conductores aspira a reducir por medio de la tecnología de inteligencia artificial (IA) los atropellamientos de fauna silvestre en Brasil, la principal amenaza para varias especies vulnerables.

En Brasil, 475 millones de animales mueren cada año aplastados o embestidos en carreteras, según cálculos del Centro Brasileño de Estudios en Ecología de Carreteras (CBEE) de la Universidad Federal de Lavras, en el estado de Minas Gerais (sureste).

Esa cifra solamente contabiliza animales vertebrados, desde pájaros y ranas hasta mamíferos. El carpincho o capibara, el armadillo y la zarigüeya están entre los más castigados.

Entre “15 y 17 animales son atropellados cada segundo en nuestras carreteras. Es el mayor impacto directo a la fauna que existe hoy en Brasil”, sostiene el coordinador del CBEE, Alex Bager.

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Preocupado por esa realidad, Gabriel Souto Ferrante, un estudiante de la maestría de ciencias de la computación de la Universidad de Sao Paulo (USP), desarrolla desde 2021 un sistema basado en visión computarizada para detectar especies y alertar de su presencia en la ruta.

Souto identificó las cinco especies de tamaño medio y grande que más perecen arrolladas en la vasta red vial del país más megadiverso del mundo para crear su base de datos.

Se tratan del puma, el oso hormiguero gigante u oso palmero, el tapir, el lobo de crin y el yaguarundi, todas amenazadas de extinción.


Hace 20 años, Nordelta era un humedal al norte de Buenos Aires, Argentina; la zona es el hábitat natural de una enorme fauna que primero fue la gran atracción para las personas que compraron propiedades ahí; después, la presencia de los animales se les convirtió en “plaga”, aunque ellos estén ahí mucho antes que el ser humano.

Los capibaras, enormes roedores anfibios herbívoros, que no representan un daño para nadie, llegan en manadas a los barrios de Nordelta para buscar alimentos: en 2021, se contabilizaron 400 que rondaban a la comunidad; se comen los arbustos y las flores de la gente, por lo que ya no todos los habitantes disfrutan de su compañía, pero sistemas como el de Souto pueden ayudar a la convivencia entre el animal y la sociedad.