Pocos migrantes y una frontera vigilada
La Disminución de Cruces en El Paso y el Refuerzo en la Frontera
En un año electoral donde la migración se ha convertido en un tema central, el Gobierno de Estados Unidos ha intensificado su vigilancia en la frontera con México. En una reciente visita de EFE a El Paso (Texas), se ha evidenciado cómo la administración ha intentado restringir los cruces.
A la implacable realidad del clima desértico se suman los nuevos elementos de control: alambres de púa sobre el río Bravo, torres de vigilancia similares a las de cárceles, helicópteros, detectores de movimiento y una notable presencia de la Patrulla Fronteriza.
La situación ha cambiado drásticamente en pocas semanas, especialmente tras la orden ejecutiva emitida por el presidente Joe Biden el 5 de junio, que impide a las personas que crucen ilegalmente solicitar asilo, con algunas excepciones para menores no acompañados, víctimas de trata y casos de emergencia médica. Los detenidos están sujetos a deportación acelerada.
Además, a principios de agosto, Estados Unidos suspendió temporalmente la adjudicación de permisos humanitarios para migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, conocidos como “parole”, que permitían la entrada legal de hasta 30 mil personas mensuales de estos países.
Datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) muestran una disminución clara en los arrestos en El Paso, pasando de 23,478 en mayo a 14,515 en junio del presente año fiscal.
El agente de la Patrulla Fronteriza, Orlando Marrero, señaló que la disminución de cruces comenzó a ser notable tras la implementación de la orden ejecutiva. Marrero advirtió sobre los peligros que enfrentan los migrantes, como el calor extremo, la deshidratación, la presencia de serpientes, la amenaza de grupos criminales, la deportación y la muerte. Hasta julio, el Gobierno reportó 132 muertes en la frontera, frente a 149 en el año fiscal anterior, y realizó 757 rescates, 160 más que el año anterior.
En un centro de retención de migrantes en El Paso, hay actualmente 741 detenidos, principalmente de México, Ecuador y Venezuela.
Dylan Corbett, director del Instituto Fronterizo Esperanza, criticó las políticas de mano dura, argumentando que “no cambiarán el escenario a largo plazo” y que forman parte de una estrategia de rechazo hacia los migrantes. Corbett también lamentó el discurso de odio y xenofobia del expresidente Donald Trump, enfatizando que los migrantes han hecho importantes contribuciones al país.
La frontera sigue siendo un tema crucial en la contienda presidencial entre la vicepresidenta Kamala Harris y Donald Trump, y la política migratoria de Biden busca modificar la percepción pública en un momento clave.