El regreso de Trump y sus posibles repercusiones para México
El regreso a la Casa Blanca del expresidente Donald Trump (2017-2021) es una posibilidad real y preocupante para el nuevo Gobierno mexicano. Las recientes declaraciones del republicano, insinuando la renegociación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), han generado inquietud en el país.
El próximo 5 de noviembre, los estadounidenses deberán decidir entre la continuidad de la administración demócrata, liderada por la vicepresidenta Kamala Harris, o el retorno de Trump, quien ha mantenido una retórica proteccionista y antiinmigrante que podría transformar las relaciones bilaterales.
Abrir de nuevo el T-MEC
Durante su primer mandato, Trump impulsó la sustitución del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) por el actual T-MEC. Ahora, ha sugerido que activaría la revisión del acuerdo en 2026, lo que ha puesto en alerta a las autoridades mexicanas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha restado importancia a estas declaraciones, atribuyéndolas a la “estridencia” típica de una campaña electoral. Sheinbaum expresó su confianza en llegar a acuerdos tanto con Trump como con Harris, de ser necesario.
No obstante, para Martha Bárcena, exembajadora de México en Estados Unidos durante el gobierno de Trump, el retorno del republicano “presentaría mayores retos para México”. Bárcena señala que Trump busca, en sus negociaciones, que haya “un claro ganador y un claro perdedor”, lo que complicaría la relación con México.
El T-MEC es crucial, ya que México se convirtió en 2023 en el principal socio comercial de Estados Unidos, superando a China. Cualquier renegociación del tratado podría ser un desafío clave para las relaciones entre ambos países, que ya atraviesan momentos tensos debido a la reforma judicial en México, que plantea la elección popular de jueces, algo que ha generado preocupación en sectores empresariales estadounidenses.
La frontera, un tema clave
Trump ha centrado su campaña en endurecer las políticas migratorias. Durante su mandato, en 2019, amenazó con imponer aranceles a México si no controlaba los flujos migratorios. Ahora promete retomar la construcción del muro fronterizo, implementar redadas masivas y restaurar el programa ‘Remain in México’, obligando a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras se resuelven sus casos.
Christopher Landau, exembajador de Estados Unidos en México durante el gobierno de Trump, señala que la política fronteriza sería el tema prioritario de un eventual segundo mandato del republicano: “No podemos hablar de redecorar el salón cuando hay un incendio en la cocina”, dijo en referencia a la urgencia de controlar la frontera.
Aunque los cruces fronterizos alcanzaron un récord de más de dos millones en 2023 bajo la administración de Joe Biden, las nuevas restricciones a las solicitudes de asilo han reducido en parte el flujo migratorio en los últimos meses.
Para Bárcena, los republicanos no comprenden la importancia que tiene la migración para la economía de Estados Unidos, aunque advierte que, de ganar Trump, sus propuestas podrían crear una sensación de incertidumbre en la comunidad migrante.
El tráfico de fentanilo ha endurecido aún más el discurso republicano en materia de seguridad, con algunos legisladores sugiriendo acciones militares contra los cárteles mexicanos. Esta propuesta, no obstante, es vista como inaceptable para el gobierno de México, que insiste en que Estados Unidos debe enfocarse en su crisis interna de consumo de drogas y el flujo de armas hacia México.
¿Un nuevo capítulo de entendimiento?
A pesar de las tensiones, durante el mandato de Trump, México y Estados Unidos lograron sortear varios conflictos gracias a la buena relación personal entre el republicano y el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Landau cree que, de regresar Trump, una relación de entendimiento también podría desarrollarse con Sheinbaum, ya que ambos países necesitan cooperar.
Sin embargo, Bárcena se muestra más escéptica, especialmente por el historial de Trump en su trato hacia líderes femeninas. “No fue ejemplar”, advirtió, lo que podría dificultar la relación con la primera mujer presidenta de México.