Un mes después de la riada en Valencia, damnificados claman por ayuda y justicia
Hace exactamente un mes, una DANA (depresión atmosférica aislada), conocida también como “gota fría”, provocó una riada devastadora que transformó en tragedia la vida de miles de personas en Valencia. Pueblos como Paiporta, Chiva y Massanassa sufrieron el embate de lluvias torrenciales que dejaron 230 fallecidos, cuatro desaparecidos y decenas de miles de damnificados.
En conmemoración de aquella fatídica jornada, se llevaron a cabo concentraciones silenciosas en diversos puntos de la región, donde se encendieron veladoras para honrar a las víctimas. Además, los asistentes exigieron respuestas y ayuda urgente para reconstruir sus comunidades y recuperar la normalidad.
Destrucción masiva y desesperación
La DANA desbordó presas y barrancos de forma súbita, inundando localidades en las que apenas había llovido horas antes. Solo en Valencia, más de 70 municipios resultaron afectados, entre ellos Paiporta, Chiva, Aldaia y Sedaví, donde la destrucción fue casi total. Escuelas, comercios y vías de acceso quedaron inhabilitados, y un mes después, el panorama sigue siendo desolador.
“No tenemos parque, polideportivo ni colegios. Hay sótanos que todavía están llenos de lodo, con el riesgo sanitario que eso implica”, explicó Juan, trabajador del ayuntamiento de Paiporta.
La situación psicológica y física de los afectados también se agrava. “Si no fuera por empresas privadas y voluntarios, estaríamos aún peor. Las administraciones públicas nos han dejado solos”, lamentó José Murat, jubilado de 70 años.
Indignación contra los gobiernos
El descontento hacia las autoridades es generalizado. Los afectados han dirigido sus críticas a los alcaldes locales, al presidente autonómico Carlos Mazón y al gobierno central, encabezado por Pedro Sánchez. A Mazón le exigieron la dimisión durante una manifestación multitudinaria con 130 mil asistentes, mientras que a Sánchez le reprochan la lenta respuesta del Ejército y el retraso en la entrega de ayudas prometidas.
Esta percepción contrasta con los datos oficiales, que indican que 20 mil efectivos siguen trabajando en la zona, retirando lodo y vehículos destrozados, además de recursos económicos que supuestamente superan los 17 mil millones de euros. Los ERTE por fuerza mayor afectan ya a casi 27 mil trabajadores.
“¡No nos dejen solos!”
Sin embargo, los damnificados insisten en que los avances son insuficientes. “Estamos muy cansados porque esto no avanza”, expresó Carlos, vecino de Aldaia, quien imploró mayor apoyo para no quedar en el olvido.
A un mes de la tragedia, las cicatrices físicas y emocionales persisten, mientras las comunidades afectadas luchan por reconstruir su presente y mirar hacia un futuro aún incierto.