Destituyen al presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, por intento de imponer la ley marcial
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, fue destituido por el Parlamento este sábado tras ser acusado de intentar imponer la ley marcial en el país. La moción fue aprobada con el respaldo de al menos 12 diputados de su propio partido, el conservador Partido del Poder Popular (PPP). Actualmente, las funciones presidenciales están a cargo, de manera interina, del primer ministro Han Duck-soo.
Investigación en curso por insurrección y abuso de poder
Este lunes, la unidad de investigación conjunta conformada por la Policía, el organismo anticorrupción y el Ministerio de Defensa anunció que solicitará la comparecencia de Yoon este miércoles para interrogarlo sobre su fallido intento de declarar la ley marcial. Entre los cargos que enfrenta están insurrección, abuso de poder y amotinamiento, siendo el primero de ellos uno de los delitos más graves en la legislación surcoreana, con penas que incluyen cadena perpetua o la pena de muerte.
El expresidente ya había sido citado por la Fiscalía el pasado 11 de noviembre, pero no se presentó al interrogatorio programado para el domingo. Ante esta inasistencia, los fiscales confirmaron que enviarán una segunda citación este lunes. Mientras tanto, a Yoon se le ha prohibido salir del país.
Colaboradores de Yoon también implicados
Las investigaciones también alcanzan a miembros clave de su administración, incluido el exministro de Defensa, Kim Yong-hyun, quien actualmente está en prisión preventiva. Otros altos cargos militares y policiales enfrentan procesos por los mismos delitos.
El futuro político de Yoon en manos del Tribunal Constitucional
La destitución de Yoon deberá ser ratificada por el Tribunal Constitucional, que tiene un plazo de seis meses para decidir si el expresidente violó la Carta Magna al intentar implementar la ley marcial. Si el Tribunal avala su destitución, Yoon quedará oficialmente cesado del cargo. En caso contrario, podría ser restituido en la presidencia.
Este episodio marca un momento de alta tensión política en Corea del Sur, donde el intento de ley marcial y las investigaciones en curso han generado un intenso debate sobre los límites del poder ejecutivo y la estabilidad democrática en el país.