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Dan cadena perpetua a padre y madrastra por asesinato de niña británica de 10 años

El tribunal penal de Old Bailey, en Londres, condenó este martes a cadena perpetua a Urfan Sharif, de 43 años, y Beinash Batool, de 30 años, por el asesinato de Sara Sharif, una niña británica de 10 años. El crimen, cometido el 8 de agosto de 2023, dejó al descubierto años de abuso y maltrato hacia la menor.

Sharif deberá cumplir un mínimo de 40 años en prisión antes de solicitar cualquier beneficio, mientras que Batool enfrentará al menos 33 años de reclusión. Además, el tío de la niña, Faisal Malik, quien llegó al Reino Unido en 2022, fue sentenciado a 16 años por permitir la muerte de Sara.

Un caso marcado por el abuso y la negligencia
El cuerpo de Sara fue hallado en la vivienda familiar de Woking, en las afueras de Londres, con signos de múltiples lesiones, incluidas fracturas, quemaduras y marcas de estrangulamiento. La menor había sufrido más de 25 fracturas óseas provocadas por golpes con objetos contundentes, como un bate de críquet y un poste metálico.

El padre confesó su responsabilidad desde Pakistán, a donde huyó un día después del crimen junto con Batool, Malik y otros cinco hijos, cuatro de ellos en común con la madrastra. El jurado encontró a los tres culpables de los cargos la semana pasada, tras presentar pruebas que detallaron años de agresiones físicas y tortura hacia Sara, quien vivía con su padre y madrastra desde 2019.

La madre biológica de la niña, Olga Sharif, describió este martes a los condenados como “sádicos” y “ejecutores”, y lamentó que su hija hubiese sufrido tanto en vida. “Sara es ahora un ángel que nos ve desde el cielo y ya no puede sufrir más violencia”, declaró entre lágrimas.

Responsabilidades y factores atenuantes
El juez del caso afirmó que, aunque Urfan Sharif era el principal agresor, Batool también jugó un papel crucial al no evitar las agresiones, incluso a sabiendas del sufrimiento de la niña. Según el dictamen, Batool trató de proteger a sus propios hijos a costa de Sara, lo que el magistrado calificó como un acto de sacrificio.

El fallo también consideró como atenuante para Batool que había crecido en un entorno abusivo, era coaccionada por su esposo y, en ocasiones, ayudó a la niña. Sin embargo, esto no eximió su responsabilidad.

Además, la pareja ocultaba las lesiones de Sara al obligarla a usar un velo islámico en la escuela. Posteriormente, la sacaron del sistema escolar alegando educación en el hogar, lo que despertó sospechas entre el personal educativo.

Impacto en el sistema de educación en el hogar
El caso de Sara ha generado un debate en el Reino Unido sobre la regulación de la educación en el hogar. Este martes, el gobierno presentó un proyecto de ley en el Parlamento para endurecer las medidas relacionadas con esta práctica, exigiendo un registro obligatorio de los niños educados en casa y un mayor control sobre los padres.

“Una muerte tras años de sufrimiento”
El juez calificó el asesinato de Sara como “la culminación de años de negligencia y tortura” e indicó que la niña era víctima de una disciplina brutal impuesta por su padre.

“Sara era valiente, enérgica y luchadora. Te enfrentó y no fue sumisa como tú querías. Tu ego se alimentaba del poder que ejercías sobre ella y el resto de la familia”, dijo el magistrado a Urfan Sharif.

El caso deja una huella imborrable en la sociedad británica y subraya la urgencia de proteger a los menores de situaciones de abuso, negligencia y violencia familiar.