Las cajas negras del avión de Jeju Air dejaron de grabar datos cuatro minutos antes del impacto
Las cajas negras del avión de Jeju Air que se estrelló en el aeropuerto de Muan, Corea del Sur, dejaron de grabar datos a las 8:59 horas, apenas cuatro minutos antes de que la aeronave chocara contra un muro de hormigón y explotara. Este accidente, ocurrido el pasado 29 de diciembre, ha sido catalogado como el peor en la historia de la aviación coreana, con un saldo de 179 fallecidos.
Hallazgos preliminares
Según el análisis realizado por la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos (NTSB, por sus siglas en inglés), el avión, un Boeing 737-800, impactó contra el muro tras intentar un aterrizaje de emergencia sin activar el tren de aterrizaje ni los sistemas de frenado. La explosión se registró a las 9:03 horas, minutos después de que el piloto del vuelo 7C2216 emitiera una alerta de socorro y notificara a la torre de control que la aeronave había sido golpeada por un ave.
El Ministerio de Transporte de Corea del Sur reconoció que la interrupción de los registros de las cajas negras complica la investigación, aunque subrayó que no son la única fuente de información.
Fuentes alternativas de investigación
Las autoridades continuarán examinando otros elementos clave, como grabaciones de tráfico aéreo, videos del siniestro y los restos del avión recuperados en el lugar del accidente. Además, los datos extraídos de las cajas negras fueron enviados a la NTSB para una segunda verificación, que podría arrojar nuevas pistas sobre el desenlace trágico del vuelo.
Consecuencias para Jeju Air
El accidente dejó solo dos sobrevivientes, ambos miembros de la tripulación. Como respuesta, la aerolínea de bajo costo Jeju Air anunció una reducción en sus vuelos desde Busan durante el primer trimestre del año, con el objetivo de reforzar sus operaciones de mantenimiento. Este ajuste ocurre en medio de un intenso escrutinio público sobre las posibles fallas operativas que pudieron contribuir al siniestro.
El impacto de este trágico incidente no solo marca un antes y un después para la aviación surcoreana, sino que también genera un llamado a reforzar la seguridad aérea a nivel global.