Internacional

Los mayores bancos de EE.UU. abandonan compromisos climáticos ante el regreso de Trump a la presidencia

La inminente llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ya está teniendo un impacto tangible en las políticas climáticas de Estados Unidos y en el panorama internacional. En un movimiento significativo, los seis mayores bancos del país—JP Morgan, Citigroup, Bank of America, Morgan Stanley, Wells Fargo y Goldman Sachs—anunciaron su salida de la Alianza Bancaria Cero Emisiones (NZBA), un esfuerzo liderado por Naciones Unidas para lograr la neutralidad de carbono en el sector financiero.

La decisión de estos gigantes financieros refleja el llamado “efecto Trump”, que ya está desmantelando compromisos climáticos asumidos durante la administración de Joe Biden. Trump, quien revirtió importantes avances ambientales durante su primer mandato, ha prometido en su campaña favorecer los combustibles fósiles, relajar regulaciones ambientales y desmantelar los logros climáticos de su predecesor.

Retroceso en las finanzas verdes
La salida de los bancos estadounidenses de la NZBA fue seguida por la retirada de BlackRock, la mayor gestora de activos del mundo, de una coalición similar en el sector de la gestión de activos (NZAM). La NZAM anunció la suspensión de sus actividades, citando “los recientes acontecimientos en los EE.UU. y las diferentes expectativas regulatorias y de los clientes”.

Este retroceso se suma a un patrón global: en el sector energético, empresas como BP han reducido su inversión en renovables, y en diciembre de 2024, la petrolera relegó sus proyectos de energía eólica marina a una empresa conjunta con una firma japonesa.

Un cambio de rumbo en la política climática
Durante su primer mandato, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y revocó cerca de 100 normas ambientales. Ahora, su regreso al poder plantea un escenario aún más adverso para la lucha contra el cambio climático.

El presidente electo ya prometió revocar una reciente orden ejecutiva de Biden que prohíbe nuevas perforaciones de petróleo y gas en las costas estadounidenses. Asimismo, los nombres anunciados para su gabinete refuerzan este giro:

Lee Zeldin, próximo administrador de la EPA, ha defendido la expansión de los combustibles fósiles.
Chris Wright, futuro secretario de Energía, es un destacado defensor de la fracturación hidráulica.
Sean Duffy, designado para Transporte, ha criticado las políticas de Biden sobre vehículos eléctricos.
Reacciones y desafíos
El presidente saliente, Joe Biden, ha advertido que las políticas de Trump representan un retroceso crítico en la lucha climática. “Ni siquiera creen que el cambio climático es real. Es la mayor amenaza existencial para la humanidad”, afirmó Biden.

Mientras tanto, el movimiento ecologista en Estados Unidos ha prometido llevar las políticas de Trump a los tribunales. Sin embargo, el panorama para los próximos cuatro años es incierto, con un contexto de retroceso en acuerdos internacionales y menor compromiso corporativo hacia la sostenibilidad.

La presidencia de Trump podría marcar un nuevo capítulo de tensiones entre los esfuerzos globales para frenar el cambio climático y la política interna de Estados Unidos, con posibles implicaciones de largo alcance para el planeta.