Venezolanos cruzan Panamá rumbo al sur tras renunciar al sueño americano
La migración a la inversa ha comenzado. Cada vez más venezolanos que intentaron llegar a Estados Unidos desde México ahora cruzan Panamá con destino al sur del continente, en busca de una nueva oportunidad lejos de su país natal.
Un viaje de regreso lleno de incertidumbre
Este fin de semana, más de 200 migrantes, en su mayoría venezolanos y entre ellos varios niños, se encontraban en una localidad cercana al puerto de Cartí, en la comarca indígena panameña de Guna Yala. Desde allí, esperaban abordar embarcaciones que los llevarían más al sur, cruzando la peligrosa selva del Darién, en la frontera con Colombia.
Uno de esos botes, con 20 migrantes a bordo, zarpó el domingo desde la isla Gardi Sigdub con destino a Puerto Obaldía, la última parada antes de adentrarse en territorio colombiano.
John Orozco, un venezolano de 49 años, forma parte de este éxodo en reversa. Tras pasar seis meses en México intentando obtener una cita migratoria a través de la aplicación CBP One, ahora se encuentra en Panamá, listo para continuar su camino hacia Chile.
“No se dio la oportunidad de entrar a Estados Unidos, pero no me arrepiento. He pasado mucho trabajo, pero al menos lo intenté”, afirma Orozco.
Entre la frustración y la esperanza
La historia de Karla Castillo, madre soltera de cuatro hijos, refleja el lado más doloroso de esta travesía. Tras haber vivido cinco años en Chile, decidió ir a Estados Unidos con la esperanza de una mejor vida para su familia. Ahora, arrepentida, vuelve a cruzar el Darién en sentido contrario.
“Fue una mala decisión salir de Chile. La experiencia de viajar hacia el Norte fue terrible. Vi muertos, violaciones, robos… No se lo recomiendo a nadie”, dice Castillo con lágrimas en los ojos.
La venezolana planea regresar a su antiguo hogar en Chile, donde trabajó como niñera y dejó buenos contactos.
Un flujo migratorio en transformación
El tránsito de migrantes por el Darién con rumbo a Estados Unidos ha caído drásticamente. En enero de 2025, el número de personas que cruzaron la selva se desplomó un 94 % en comparación con el año anterior, debido al endurecimiento de las políticas migratorias de EE.UU. y Panamá.
Sin embargo, el flujo inverso está en aumento. En las últimas semanas, grupos de migrantes han intentado ingresar a Panamá desde Costa Rica en su regreso al sur.
La travesía sigue siendo peligrosa. El viernes pasado, una lancha con 21 personas a bordo naufragó en el Caribe panameño. Entre los pasajeros, 19 eran migrantes de Venezuela y Colombia. Veinte lograron ser rescatados con vida, pero una niña venezolana de 8 años perdió la vida.
A pesar de los riesgos, muchos venezolanos ven en este viaje de regreso una nueva oportunidad. Aunque el sueño americano quedó atrás, la esperanza de una vida mejor en otro país sigue intacta.