Trump firma una orden ejecutiva que da más poder a Musk para recortar el gasto público
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles una orden ejecutiva que otorga al magnate Elon Musk aún más autoridad como líder del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Esta medida le permite supervisar más de cerca el gasto de las agencias federales y les exige colaboración directa con su equipo para revisar contratos y subvenciones, con el fin de reducir o incluso cancelar aquellos considerados innecesarios o mal administrados.
La orden establece que el proceso de modificación o anulación de contratos, especialmente los relacionados con instituciones educativas y entidades extranjeras, comenzará inmediatamente. Estos contratos serán priorizados si están relacionados con despilfarro, fraude o abuso, tal como señala el texto de la medida.
Además, se exige a las agencias federales que implementen un sistema para registrar cada pago relacionado con los contratos y proporcionen una justificación escrita para cada uno. Aunque esta práctica ya se realiza en algunos departamentos, la nueva orden la extenderá a todos los niveles del gobierno federal.
La firma de esta orden ejecutiva ocurrió tras la primera reunión de Gabinete del presidente Trump, donde Musk, aunque no forma parte del Gabinete, tuvo un rol protagónico al presentar sus esfuerzos para reducir la burocracia y combatir lo que él califica como “fraude”, aunque no presentó pruebas específicas para sustentar sus afirmaciones.
La orden ejecutiva ha incrementado el poder de Musk dentro de la Administración, lo que ha generado rechazo tanto entre empleados públicos como en sindicatos y la oposición demócrata, quienes critican el creciente control del magnate sobre las actividades del gobierno federal y la falta de transparencia en los procesos.
Desde su nombramiento, Musk ha impulsado decisiones drásticas, como el desmantelamiento de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), la congelación de la ayuda humanitaria de Estados Unidos y ha ofrecido indemnizaciones a empleados públicos para fomentar su renuncia voluntaria, además de amenazar con despidos forzosos a aquellos que no acepten la oferta.
Esta expansión de poder marca un nuevo capítulo en la influencia de Musk en la política pública estadounidense, mientras persiste la controversia sobre sus métodos y objetivos.