Internacional

Las deportaciones de migrantes desde EE.UU, debate obligado para Latinoamérica en la Celac

Las deportaciones masivas de migrantes desde Estados Unidos bajo la política migratoria del presidente Donald Trump serán uno de los temas centrales en la próxima cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), programada para este miércoles en Honduras. El endurecimiento de las expulsiones ha impactado directamente a la mayoría de los 33 países miembros del bloque regional.

Desde el inicio del segundo mandato de Trump, el pasado 20 de enero, se han detenido más de 113 mil personas y deportado al menos 100 mil, según cifras oficiales. En contraste, el cruce de migrantes por la frontera sur con México descendió drásticamente, pasando de 137 mil 480 en marzo de 2024 a solo 7 mil 180 en marzo de este año.

México y Centroamérica, entre los más afectados
México, que ha recibido a más de 24 mil 400 deportados en las primeras ocho semanas de la nueva administración estadounidense —incluyendo cerca de 4 mil 600 migrantes de otras nacionalidades, muchos de ellos venezolanos—, confirmó la participación de la presidenta Claudia Sheinbaum en la cumbre regional.

Pese al anuncio de deportaciones masivas, el llamado Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) no ha reportado incrementos significativos en la repatriación de sus ciudadanos. Sin embargo, se estima que en EE. UU. residen cerca de 6 millones de personas originarias de estos tres países, ya sea en condición regular o irregular.

El presidente guatemalteco Bernardo Arévalo de León ha accedido a recibir un 30% más de vuelos de repatriados, así como a permitir el ingreso de migrantes de terceros países, en acuerdo con Washington. Esta medida evoca el controvertido pacto firmado durante el primer mandato de Trump con el entonces presidente Jimmy Morales.

Acuerdos bilaterales y polémicas legales
Honduras ha recibido vuelos con migrantes venezolanos, que luego fueron trasladados a su país mediante aeronaves venezolanas. El Salvador, por su parte, ha admitido más de 200 migrantes, entre ellos supuestos integrantes del grupo criminal Tren de Aragua, quienes fueron recluidos en el penal de máxima seguridad Cecot.

Diversas organizaciones han denunciado irregularidades y posibles violaciones a los derechos humanos en estos procesos, que han sido justificados por la administración Trump mediante la Ley de Enemigos Extranjeros de 1789, argumentando que los migrantes representan una amenaza a la seguridad nacional.

Deportaciones extracontinentales y fin del parole humanitario
Costa Rica y Panamá también han sido receptores de migrantes deportados desde EE. UU., en su mayoría originarios de Asia y África. En Panamá, más de un centenar de estas personas aún permanecen en el país con permisos temporales mientras gestionan su traslado a terceros países.

En paralelo, Estados Unidos ha comenzado a enviar migrantes nicaragüenses a su país de origen, aunque el Gobierno de Daniel Ortega evita informar sobre estos retornos. También se han registrado deportaciones de más de 700 dominicanos y más de 2 mil ecuatorianos en lo que va de 2025.

Venezuela, cuyo éxodo ha sido uno de los más numerosos en los últimos años, ha comenzado a recibir a sus nacionales tras un acuerdo con Washington. En total, 2 mil 190 venezolanos han regresado desde febrero como parte del programa Vuelta a la Patria.

Finalmente, el Gobierno de Trump anunció la cancelación del programa de “parole humanitario”, que ha beneficiado a más de 530 mil migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. El permiso expirará el próximo 24 de abril, lo que obligará a los beneficiarios a abandonar el país o enfrentar la posibilidad de ser considerados inmigrantes irregulares.

La Celac se enfrenta así a uno de los mayores desafíos regionales en materia migratoria en la última década, en un contexto de endurecimiento de políticas en Estados Unidos y escasa coordinación entre gobiernos latinoamericanos para enfrentar la crisis.