Internacional

El juramento de los cardenales para iniciar el Cónclave

Los 133 cardenales electores encargados de elegir al nuevo líder de la Iglesia católica prestaron juramento solemne este martes en la Capilla Sixtina, justo antes de que se cerraran sus puertas para dar inicio al cónclave, el proceso más reservado y significativo del Vaticano.

Con una mano sobre los Santos Evangelios, cada cardenal repitió en latín la fórmula que les compromete a cumplir estrictamente las normas del cónclave, a defender los derechos de la Santa Sede y, sobre todo, a guardar el más absoluto secreto sobre todo lo que ocurra en el interior de la Capilla durante el proceso de elección.

El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y uno de los principales favoritos para suceder al papa Francisco, fue el encargado de leer el juramento en voz alta, dado que sustituye en el rito al decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien por su edad —mayor de 80 años— no participa en la votación.

Tras el juramento, los purpurados ocuparon sus asientos según su orden: obispos, presbíteros y diáconos, ubicados desde el altar hacia el fondo de la Sixtina. Finalizado el protocolo, se declararon listos para iniciar la primera votación, que podría realizarse esta misma tarde.

Para ser elegido como el papa número 267 de la historia, un cardenal deberá obtener al menos 89 votos, equivalentes a dos tercios del total de electores. El resultado será anunciado con el color del humo que salga de la chimenea del cónclave: blanco, si hay nuevo pontífice; negro, si no hay aún consenso.

Durante los días del cónclave, los cardenales permanecerán aislados del mundo exterior dentro del Vaticano y no podrán tener contacto con personas ajenas al proceso, bajo pena de excomunión.

La Iglesia católica y millones de fieles en todo el mundo esperan con atención la fumata blanca que anunciará al nuevo sucesor de Pedro.