Estudiantes de Harvard expresan desánimo ante amenazas de Trump y cierre del ciclo escolar
El ambiente en la Universidad de Harvard, una de las instituciones más prestigiosas de Estados Unidos, se encuentra marcado por la incertidumbre y el desánimo a menos de una semana del cierre oficial del ciclo escolar. La razón: las recientes amenazas del presidente Donald Trump de vetar a estudiantes extranjeros y retirar fondos a la universidad, en medio de acusaciones de “antisemitismo” y presuntos vínculos con el Partido Comunista Chino.
“La atmósfera en el campus es hostil”, afirma Mohamed, estudiante de posgrado, mientras la institución se prepara para su ceremonia de graduación programada para el próximo jueves. Entre carpas en construcción y estudiantes posando con toga y birrete, se respira una mezcla de orgullo y ansiedad.
Este mismo viernes, Harvard interpuso una nueva demanda contra la administración de Trump tras la revocación de su permiso para matricular a estudiantes internacionales, quienes representan cerca del 25 % del total de su matrícula, con 6 mil 793 alumnos en el presente curso.
Uno de ellos es Wilson, de 27 años y originario de Taiwán. Llegó hace apenas tres meses y teme tener que regresar si se concreta el veto. “Estoy en shock. No estoy listo para volver. Tenía muchos planes aquí”, comenta con tristeza.
Estudiantes en tensión y con miedo al futuro
Aunque muchos estudiantes prefieren guardar el anonimato, coinciden en que la medida amenaza no solo su estabilidad personal, sino la esencia misma de la universidad.
“Sin los estudiantes extranjeros, Harvard dejaría de ser lo que es. El gobierno está limitando el progreso del país al cerrar las puertas a algunas de las mentes más brillantes del mundo”, señaló Mohamed.
Algunos alumnos, sin embargo, se resisten a caer en el pesimismo. Un estudiante africano, que cursa su segundo año, sostiene que aunque el panorama es incierto, no teme regresar a su país si es necesario. “En las aulas los ánimos están bajos, pero hay que seguir adelante”, dijo.
Sebastian, quien concluye esta semana la carrera de Matemáticas, expresa incredulidad: “Elegí Harvard por su diversidad. Me sorprende que esto esté pasando en una institución como esta”.
Su compañero de cuarto, Eric, de 23 años, comparte el sentimiento: “Esto nos añade estrés, incluso ya habiendo terminado los exámenes”.
Tensión en el campus y un mensaje para otras universidades
La tensión se intensificó esta semana luego de que la administración Trump acusara formalmente a Harvard no solo de fomentar el antisemitismo, sino también de colaborar con el gobierno chino. La ofensiva se suma a otras acciones similares contra universidades como Columbia, a la que le fueron cancelados fondos federales tras acusaciones similares.
En medio del caos, los turistas siguen visitando el campus fundado en 1636, mientras los guías relatan la historia de la institución. Pero para los estudiantes, el futuro es incierto.
“Mucha gente trabajó duro para estar aquí, y ahora su futuro está en el aire”, lamenta Collin, estudiante de Biología. Él eligió Harvard por su red de contactos y prestigio, pero ahora teme que todo ese esfuerzo se desvanezca.
La matrícula anual asciende a 59 mil 320 dólares, y los costos totales pueden alcanzar los 87 mil al sumar alojamiento y alimentación. “Esto tiene paralelismos con momentos oscuros de la historia, cuando grandes talentos se vieron obligados a abandonar sus países”, reflexiona Collin.
A medida que se acerca la ceremonia de graduación, la comunidad de Harvard se debate entre la celebración por lo logrado y la preocupación por lo que viene. El veto de Trump, advierten desde la Casa Blanca, podría ser solo el comienzo.