La relación entre Trump y Musk se derrumba entre acusaciones mutuas por el plan fiscal
La relación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el magnate tecnológico Elon Musk colapsó de manera espectacular y a la vista del público, luego de que el empresario lanzara una ofensiva frontal contra el plan fiscal impulsado por la Casa Blanca.
El conflicto, que ha escalado en las últimas horas, deja atrás una alianza que parecía inquebrantable. “Sin mí Trump habría perdido”, afirmó Musk este jueves en su red social X, adjudicándose el mérito de la victoria republicana en las elecciones de 2024. “Such ingratitude”, agregó en otro mensaje, en aparente respuesta a declaraciones recientes del mandatario.
El detonante fue el plan fiscal promovido por Trump, que según la Oficina Presupuestaria del Congreso aumentará la deuda estadounidense en 2.4 billones de dólares en la próxima década. Musk calificó el proyecto como una “abominación repugnante” y acusó directamente al presidente de haberle ocultado detalles clave: “¡Falso! No me enseñaron este proyecto de ley ni una sola vez”, escribió.
Trump respondió horas después desde la Casa Blanca: “Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si seguirá así”, marcando así el aparente final de una sociedad política que había sido central en su retorno al poder.
De aliados estratégicos a rivales públicos
La historia entre Trump y Musk ha sido tan volátil como intensa. En 2016, Musk criticaba abiertamente a Trump, a quien consideraba inadecuado para liderar el país. Pero tras la victoria republicana, el empresario se unió brevemente a un consejo asesor presidencial, del cual se retiró en 2017 tras el retiro de EE.UU. del Acuerdo de París.
Con la llegada de Joe Biden a la presidencia en 2021, Musk y Trump comenzaron a acercarse. En 2022, Musk adquirió Twitter (ahora X), reactivó la cuenta del expresidente y ofreció mayor visibilidad a discursos extremistas, lo que le ganó simpatía entre seguidores del movimiento MAGA.
Durante la campaña de 2024, Musk donó al menos 250 millones de dólares a Trump y apareció en varios eventos públicos junto al candidato. Como recompensa, en enero fue nombrado titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo clave para reducir el gasto público y con acceso privilegiado a información federal.
Musk se convirtió en un rostro habitual en el Despacho Oval, donde acompañaba al presidente en anuncios importantes. Sin embargo, su cercanía al poder y su asociación con sectores de ultraderecha europea empezaron a pasarle factura: las ventas de Tesla cayeron significativamente en diversos mercados internacionales.
En abril, Musk anunció que reduciría su participación en DOGE, y a fines de mayo confirmó su salida definitiva para enfocarse nuevamente en Tesla. Ya entonces había comenzado a manifestar su descontento con el plan fiscal que ahora ha roto la relación.
La ruptura conmociona a la base MAGA
El quiebre no ha pasado desapercibido para los seguidores del movimiento “Make America Great Again”, muchos de los cuales también idolatraban a Musk. En redes sociales, abundan los mensajes de confusión y memes que intentan entender si la relación entre ambos personajes es realmente irreparable.
“¿Siguen siendo amigos o ya no?”, se preguntaba irónicamente un usuario. Mientras tanto, otros se volcaron al chatbot Grok, desarrollado por la empresa de Musk, para conocer su versión de los hechos.
El drama político-tecnológico entre dos de los personajes más polarizantes del mundo sigue desarrollándose en tiempo real, con consecuencias aún imprevisibles tanto para la política estadounidense como para el futuro empresarial de Musk.