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Identifican una proteína que mejora el control de obesidad y enfermedades cardiovasculares

En un descubrimiento que podría transformar el tratamiento de enfermedades crónicas, un grupo de científicos ha identificado una proteína que desempeña un papel crucial en la regulación del metabolismo, ayudando a controlar tanto la obesidad como las enfermedades cardiovasculares.

La investigación, publicada recientemente en una prestigiosa revista científica, revela que esta proteína cuya función había sido poco comprendida hasta ahora actúa como un modulador clave en el equilibrio energético del cuerpo. Según los investigadores, su activación mejora la quema de grasas, reduce la inflamación y protege el sistema cardiovascular.

“Estamos muy entusiasmados con los resultados. Esta proteína no solo mejora la sensibilidad a la insulina y reduce el peso corporal en modelos animales, sino que también disminuye los niveles de colesterol y previene la acumulación de placas en las arterias”, explicó la doctora Laura Méndez, líder del estudio e investigadora del Instituto Nacional de Ciencias Biomédicas.

La obesidad afecta a más de 650 millones de personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y está estrechamente vinculada con enfermedades del corazón, diabetes tipo 2 y otros trastornos metabólicos. Este nuevo hallazgo podría representar un punto de inflexión en la lucha contra estas patologías.

El equipo de investigación está actualmente desarrollando compuestos que imiten o potencien la acción de esta proteína, con miras a futuros ensayos clínicos. Aunque se encuentran en una fase preliminar, los científicos son optimistas sobre su potencial terapéutico.

“Todavía queda camino por recorrer, pero este descubrimiento representa una promesa real de tratamientos más eficaces y específicos, sin los efectos secundarios comunes en medicamentos actuales”, añadió Méndez.

De confirmarse los resultados en humanos, esta proteína podría convertirse en la base de una nueva generación de terapias para combatir dos de los mayores desafíos de salud pública del siglo XXI: la obesidad y las enfermedades cardiovasculares.