El solsticio de verano marca el día más largo del año en el hemisferio norte
Este 20 de junio, el hemisferio norte celebra el solsticio de verano, un evento astronómico que marca el inicio oficial de la estación más cálida del año. Con el Sol alcanzando su punto más alto en el cielo al mediodía, este fenómeno da lugar al día con mayor duración de luz solar, un momento simbólico cargado de historia, tradiciones y significados en distintas culturas.
El solsticio ocurre cuando el eje de la Tierra se inclina de tal forma que uno de los hemisferios recibe la mayor cantidad de luz solar posible. En el caso del hemisferio norte, esto significa que el Sol parece detenerse en su movimiento hacia el norte y comienza su retorno hacia el sur, generando el día más largo y la noche más corta del año.
Durante siglos, este momento ha sido motivo de celebración. Civilizaciones antiguas como la egipcia, la celta y la maya organizaban rituales y festividades en torno a la luz, la fertilidad y la abundancia que simboliza esta etapa del año. Aún hoy, muchos países conmemoran el solsticio con actividades al aire libre, danzas, fogatas y eventos culturales que destacan la conexión entre el ser humano y el cosmos.
Además del simbolismo, el solsticio de verano también tiene efectos prácticos. Marca un punto de referencia para agricultores, astrónomos y comunidades que dependen del clima. También afecta el comportamiento de algunos animales, las mareas e incluso el estado de ánimo de las personas, debido al incremento de la exposición a la luz natural.
Aunque muchos lo ven simplemente como el inicio del verano, el solsticio representa mucho más: es un recordatorio del movimiento constante de la Tierra, del paso del tiempo y de la profunda relación entre la humanidad y los ciclos de la naturaleza.