Día del Capibara: los roedores más amistosos y ahora, peluches de moda
Aunque México no es hábitat natural de los capibara, estos carismáticos roedores sudamericanos han capturado la atención del mundo entero —no solo en redes sociales o en forma de peluches, sino también en zoológicos y parques ecológicos del país. En la Ciudad de México, pueden encontrarse ejemplares en los zoológicos de Chapultepec y San Juan de Aragón, donde se busca recrear sus condiciones naturales y educar al público sobre su importante función ecológica.
Conocidos también como carpinchos o chigüiros, los capibara son los roedores más grandes del planeta, capaces de alcanzar más de 50 kilogramos de peso y un metro de longitud. Se les encuentra en su estado silvestre en Sudamérica, particularmente en zonas húmedas cercanas a ríos, lagunas y estuarios, donde el agua es esencial para su termorregulación, reproducción y protección ante depredadores.
“Los capibara forman entre ellos una gran familia”, explica la ecóloga argentina Julia Mata, especialista en esta especie. “Las hembras incluso comparten la lactancia, permitiendo que cualquier cría mame de cualquier hembra adulta del grupo”.
Más que una cara simpática
Además de su famoso temperamento sociable, que les permite convivir pacíficamente con otras especies —incluidos pájaros o incluso cocodrilos—, los capibara desempeñan un papel crucial en sus ecosistemas.
Su sistema digestivo, poco eficiente, los obliga a consumir grandes cantidades de biomasa vegetal, lo que modifica el paisaje vegetal y crea nichos de biodiversidad donde pueden prosperar otros insectos, aves y pequeños mamíferos. Esta acción, además, disminuye el riesgo de incendios forestales al reducir la altura del pasto, funcionando como una especie de “podadora natural”.
¿Mascotas? No es buena idea
A pesar de su popularidad viral, los capibara no son animales aptos para tener como mascotas. El maestro Itzócatl Maldonado Reséndiz, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, advierte que estos animales tienen requerimientos sociales, ecológicos y alimenticios muy complejos, que difícilmente pueden ser cubiertos en un entorno doméstico.
Aunque pueden parecer dóciles, no se dejan tocar en su estado salvaje y pueden mostrar comportamientos agresivos, especialmente entre ellos, mordiéndose con unos incisivos que nunca dejan de crecer.
Capibaras en México
En nuestro país, además de los ejemplares resguardados en zoológicos y algunos acuarios, los capibara no existen en estado silvestre ni deben ser adquiridos como mascotas. Las autoridades ambientales han advertido sobre el riesgo de tráfico ilegal y la venta no regulada de estos animales, incentivada por su creciente fama en internet.
Este Día del Capibara, biólogos y activistas recuerdan que admirar a estos animales debe ir de la mano con el respeto por sus ecosistemas y su bienestar, reconociendo su valor más allá del contenido viral o el merchandising.