Internacional

Trump presiona y reactiva las negociaciones entre Rusia y Ucrania

El ultimátum lanzado por el presidente estadounidense, Donald Trump, parece haber surtido efecto: las delegaciones de Rusia y Ucrania volverán a verse las caras en Estambul esta semana, en lo que será la tercera ronda de negociaciones para intentar avanzar hacia una desescalada del conflicto. La sede será nuevamente el histórico palacio otomano de Çiragan, en el distrito de Besiktas, aunque la fecha exacta aún no ha sido confirmada oficialmente.

Tras días de especulaciones, la Presidencia de Turquía anunció que el encuentro se celebrará este miércoles 23 de julio. Sin embargo, Moscú no ha emitido una confirmación definitiva, y las agencias rusas manejan diferentes fechas, entre el miércoles y el viernes. Por su parte, el ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, se mostró más cauto al afirmar que la reunión “tendrá lugar, según esperamos, esta semana”.

El mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, indicó que sus asesores le han informado que la reunión será el 23, y confirmó que Rustem Umérov, exministro de Defensa y actual secretario del Consejo de Seguridad Nacional, encabezará la delegación ucraniana. Zelenski reiteró que su prioridad es la liberación de todos los cautivos y el regreso de los niños ucranianos en territorio ruso, así como un alto el fuego de 30 días previo a cualquier negociación política, algo que Moscú ha rechazado de plano.

El Kremlin, por su parte, ha intentado moderar las expectativas. “No hay ningún motivo para esperar avances milagrosos”, declaró Dmitri Peskov, portavoz presidencial. La agenda, añadió, es “muy compleja”, debido a las profundas diferencias entre los memorandos de paz presentados por ambos países. Rusia insiste en la neutralidad de Ucrania, la aceptación de los territorios ocupados, la reducción de sus Fuerzas Armadas y la renuncia a reparaciones de guerra, puntos que Kiev considera inaceptables.

Aun así, Peskov destacó que los intercambios de prisioneros y cadáveres logrados en las rondas anteriores ya constituyen un “resultado fructífero”.

Sobre una posible cumbre entre Zelenski y el presidente ruso, Vladímir Putin, Moscú se muestra reticente. “Aún hay mucho que trabajar”, dijo el portavoz, quien también evitó hablar de una eventual paz definitiva en 2025: “Cualquier pronóstico sería erróneo”.

Putin, por su parte, ha optado por el silencio ante las amenazas de sanciones y aranceles anunciadas por Trump si no se logra un acuerdo antes de septiembre. Medios rusos señalan que el Kremlin prefiere evitar una confrontación directa con Washington en este momento, pese a su creciente desconfianza.

“Trump está metiendo un pie en la trampa ucraniana. Así comenzó todo en Vietnam y Afganistán”, advirtió el senador ruso Alexéi Pushkov, en un comentario crítico que refleja la incomodidad del establishment ruso.

Pese a todo, Moscú mantiene la esperanza de que la postura “racional” de Trump —quien ha abogado por la negociación por encima del enfrentamiento directo— prevalezca también en el entorno europeo.

Sin embargo, Alemania parece decidida a reforzar a Kiev: el canciller Friedrich Merz confirmó que cuenta con el respaldo de EE.UU. para enviar cinco sistemas Patriot, como parte de una nueva iniciativa conjunta con Washington y Berlín.

La mesa de Estambul promete ser decisiva, aunque las posiciones siguen, por ahora, tan distantes como desde el inicio de la guerra.