Voluntarios denuncian persecución de agentes migratorios encubiertos en la frontera entre EE.UU. y México
Miembros del grupo humanitario Los Samaritanos, que brinda ayuda a migrantes en el desierto entre Arizona y México, denunciaron haber sido perseguidos y detenidos con violencia por agentes migratorios encubiertos que actuaban sin identificarse, en un operativo ocurrido en marzo pasado cerca de Sasabe, Arizona.
La voluntaria Gail Kocourek, de 74 años, relató a EFE que aún sufre pesadillas por la experiencia. Según su testimonio, mientras ella y otros activistas revisaban un punto de abastecimiento de agua que había sido vandalizado, fueron interceptados por hombres armados en vehículos sin insignias ni luces oficiales.
“Pensamos que eran milicias o vigilantes armados. Por eso intentamos alejarnos, pero luego fuimos alcanzados, encañonados y tirados al suelo sin explicación alguna”, relató.
Los voluntarios, conocidos por recorrer zonas del desierto entregando agua, alimentos e información legal a migrantes, fueron esposados y retenidos durante varios minutos por los individuos, que más tarde se identificaron como agentes de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), adscrita al Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
Detención sin identificación ni orden judicial
De acuerdo con el testimonio de Kocourek, en ningún momento los agentes presentaron una orden judicial, portaron uniformes oficiales o hicieron uso de insignias visibles. Incluso, algunos vestían de forma similar a grupos civiles armados que operan de forma extraoficial en la región fronteriza.
“Uno de los agentes me dijo que podría enfrentar cargos por intento de asesinato de un agente federal. ¡Pero nunca supimos que lo eran! Iban vestidos como vigilantes y nos apuntaban con armas”, dijo indignada.
A Evan Spry, otro voluntario presente en el operativo, le fue confiscado su teléfono celular sin orden de cateo, pese a que había grabado parte del encuentro. Ambos voluntarios interpusieron una demanda federal contra la Administración Trump, alegando arresto injustificado, uso excesivo de fuerza y violación a sus derechos civiles, y solicitan una compensación de más de 500 mil dólares.
“No son arrestos, son secuestros”
La Coalición de los Derechos Humanos de Arizona también ha documentado varios casos similares en los últimos meses, en los que agentes migratorios actúan de forma encubierta y violenta, deteniendo tanto a migrantes como a ciudadanos estadounidenses sin identificarse.
“No son arrestos, son secuestros. Se presentan en camionetas sin placas oficiales, a veces con placas mexicanas, y obligan a la gente a bajar de sus vehículos a punta de pistola”, denunció María Eugenia Carrasco, directiva de la organización.
Carrasco explicó que los agentes incluso han intentado hacerse pasar por empleados de servicios públicos para obtener acceso a viviendas, lo que ha generado miedo y confusión en comunidades cercanas a la frontera.
“Si esto le puede pasar a una mujer de 74 años, blanca, ciudadana estadounidense, ¿qué no harán con migrantes sin documentos?”, advirtió Kocourek.
Clima de intimidación y temor
Los Samaritanos y otros grupos humanitarios temen que estos operativos marquen el inicio de una “cacería de brujas” contra quienes brindan ayuda a migrantes. Activistas y defensores de derechos humanos han reiterado que brindar agua, comida o información no puede ni debe criminalizarse.
Las organizaciones exigen una investigación independiente sobre las acciones de agentes migratorios encubiertos y un alto a la intimidación de quienes realizan labores humanitarias en la frontera sur de Estados Unidos.