Periodista rusa y excolaboradora de Navalny es condenada a 12 años de prisión por “extremismo” y críticas al ejército
La justicia rusa condenó a 12 años de cárcel a Olga Komleva, periodista independiente y exvoluntaria del movimiento liderado por el fallecido opositor Alexéi Navalny, en un nuevo episodio de represión contra voces críticas al Kremlin.
Komleva, de 46 años, fue declarada culpable por un tribunal en la ciudad de Ufa de haber participado en actividades de una organización extremista —en referencia al movimiento de Navalny, ilegalizado en 2021— y por “difundir deliberadamente información falsa” sobre las acciones del ejército ruso en el contexto de la invasión a Ucrania.
La periodista, quien colaboraba con el medio independiente RusNews, cubría tanto la guerra en Ucrania como las protestas antigubernamentales, consideradas ilegales por el régimen de Vladimir Putin. Durante el juicio, Komleva no admitió culpabilidad y defendió su trabajo como periodista.
Represión intensificada contra críticos del Kremlin
El caso de Komleva se suma a una larga lista de periodistas, activistas y opositores perseguidos por el gobierno ruso en los últimos años, especialmente desde el inicio de la ofensiva militar en Ucrania en 2022.
Desde entonces, el Kremlin ha endurecido las leyes de censura, criminalizando toda crítica a las fuerzas armadas. Asimismo, colaborar, incluso en el pasado, con estructuras asociadas a Navalny es considerado delito de extremismo.
“Os quiero a todos”, dijo tras el fallo
Al escuchar el veredicto, Komleva fue vista sonriendo y saludando desde el cubículo de cristal donde se encontraban los acusados. “Os quiero a todos”, dijo a quienes asistieron para apoyarla, según reportes del medio RusNews.
De acuerdo con la plataforma independiente Mediazona, Komleva padece diabetes y durante su detención preventiva tuvo dificultades para recibir los medicamentos necesarios.
Un juicio con trasfondo político
La sentencia contra Komleva ocurre poco más de un año después de la muerte en prisión de Alexéi Navalny, quien falleció en una cárcel del Ártico en circunstancias nunca esclarecidas por las autoridades. Navalny fue declarado “extremista” en 2021, y desde entonces el gobierno ha criminalizado a cualquiera con vínculos pasados o presentes con su causa.
La condena ha sido ampliamente denunciada por organizaciones de derechos humanos y medios independientes, que la consideran un castigo político por ejercer periodismo crítico y por su vínculo con el principal líder opositor ruso.