Más de 800 muertos por fuerte terremoto en Afganistán
Un devastador terremoto de magnitud 6.0, seguido de varias réplicas, sacudió el este de Afganistán, dejando un saldo de al menos 812 muertos y unas 2,700 personas heridas, según el gobierno talibán. Las provincias de Kunar y Nangarhar, ubicadas cerca de la frontera con Pakistán, son las más afectadas, concentrando la mayoría de las víctimas.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, advirtió que las cifras no son definitivas y podrían aumentar, ya que las operaciones de rescate continúan. Los esfuerzos para localizar sobrevivientes se han visto complicados por los deslizamientos de tierra, que han bloqueado carreteras e impiden el acceso a zonas remotas. El sismo inicial ocurrió a las 23:47 h del domingo 31 de agosto, con su epicentro a una profundidad de tan solo ocho kilómetros, lo que amplificó su poder de destrucción.
Despliegue de ayuda y respuesta internacional
Ante la magnitud del desastre, el gobierno talibán ha formado un comité especial de emergencia y ha destinado 1,000 millones de afganis (aproximadamente 14 millones de dólares) para asistir a las familias damnificadas. Estos fondos se usarán para proveer asistencia médica, alimentos y refugio, además de apoyar las labores de rescate. Se han desplegado helicópteros para evacuar a las víctimas en las zonas más aisladas, mientras que hospitales como el de Jalalabad ya se encuentran desbordados.
Miles de familias se quedaron sin hogar y requieren urgentemente alimentos, agua y asistencia médica. Organizaciones internacionales como la ONU, Unicef, la OIM y la Media Luna Roja han confirmado que sus equipos ya están en el terreno para coordinar la entrega de ayuda humanitaria.
Países como Pakistán, Irán, China, Siria y Egipto han expresado sus condolencias. La India y la Unión Europea también han anunciado que proporcionarán asistencia humanitaria y ya tienen equipos listos para ayudar.
Un país vulnerable a los desastres naturales
Afganistán es uno de los países más susceptibles a los desastres naturales, debido a su grave crisis económica y la debilidad de sus infraestructuras. Los terremotos son frecuentes en esta región, en particular en la cordillera del Hindu Kush, una de las zonas sísmicas más activas del mundo. La falta de recursos estatales y de equipos de rescate especializados agrava la respuesta a catástrofes de esta magnitud.