Implante cerebral permite recuperar movilidad en pacientes con lesiones medulares
Un equipo de investigadores suizos logró un avance histórico en la neurociencia aplicada a la medicina al desarrollar un implante cerebral que devuelve movilidad a personas con lesiones medulares graves. El dispositivo, probado en pacientes que habían perdido la capacidad de caminar o mover extremidades, traduce las señales del cerebro en impulsos eléctricos que activan directamente los músculos afectados.
El sistema consiste en un conjunto de electrodos implantados en la corteza cerebral, encargados de registrar la actividad neuronal asociada al movimiento. Estas señales se transmiten de forma inalámbrica a una computadora que las procesa en tiempo real mediante algoritmos de inteligencia artificial. Posteriormente, los datos son enviados a un estimulador colocado en la médula espinal, que reproduce la intención del paciente de mover brazos o piernas.
Uno de los casos más destacados fue el de un hombre que sufrió un accidente hace más de una década y había perdido la movilidad de la parte inferior del cuerpo. Tras varias semanas de entrenamiento con el implante, pudo volver a ponerse de pie y dar pasos controlados con ayuda mínima. Los especialistas subrayan que, más allá del impacto físico, el avance representa un beneficio psicológico enorme para los pacientes, al devolverles autonomía y esperanza.
Los investigadores aclaran que se trata de ensayos clínicos en fase temprana, por lo que la tecnología todavía no está disponible de manera masiva. Sin embargo, los resultados preliminares muestran un nivel de eficacia que no se había alcanzado con métodos anteriores de estimulación eléctrica o terapias de rehabilitación tradicionales.
El proyecto combina los campos de la neurociencia, la bioingeniería y la inteligencia artificial, y ha sido desarrollado en colaboración con hospitales europeos especializados en lesiones neurológicas. La siguiente etapa de los ensayos buscará ampliar la cantidad de pacientes, perfeccionar los algoritmos y reducir el tamaño de los dispositivos para hacerlos más accesibles y menos invasivos.
Expertos en neurología consideran que este avance marca un punto de inflexión en el tratamiento de lesiones medulares, ya que abre la puerta a terapias que permitan restaurar funciones motoras de manera personalizada. A largo plazo, los investigadores esperan aplicar esta tecnología en otros padecimientos, como el párkinson o la esclerosis múltiple, donde la comunicación entre el cerebro y el cuerpo también se ve interrumpida.
Con este logro, la medicina da un paso más hacia soluciones que parecían inalcanzables hace apenas unos años, reforzando la idea de que la interacción entre la mente y la tecnología será clave en el futuro de la salud.