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Astrónomos descubren un exoplaneta rocoso en zona habitable a 120 años luz de la Tierra

Un equipo de astrónomos internacionales anunció el descubrimiento de un exoplaneta con características que lo convierten en uno de los candidatos más prometedores para albergar condiciones de habitabilidad fuera del sistema solar. El hallazgo, confirmado en las últimas 48 horas, fue posible gracias al análisis de datos obtenidos por telescopios terrestres y espaciales de última generación.

El planeta, de tamaño similar a la Tierra, orbita una estrella enana roja a una distancia que lo coloca dentro de la llamada “zona habitable”, es decir, la región donde la temperatura permitiría la existencia de agua líquida en su superficie. Los cálculos preliminares indican que su periodo orbital es de apenas 18 días, lo que significa que un año en este mundo transcurre mucho más rápido que en la Tierra.

Los investigadores señalan que una de las características más llamativas del exoplaneta es su composición rocosa, lo que lo diferencia de los numerosos gigantes gaseosos detectados en los últimos años. La densidad estimada, obtenida a partir de las variaciones en la luz de su estrella, sugiere que posee una superficie sólida y posiblemente una atmósfera tenue.

Aunque la proximidad a su estrella enana roja podría implicar riesgos, como una mayor exposición a radiación, los científicos destacan que algunas atmósferas pueden actuar como escudo protector y permitir la estabilidad climática. Este aspecto será objeto de futuras observaciones con telescopios más potentes, como el James Webb, que podrían identificar la presencia de gases asociados a la vida, como oxígeno o metano.

El descubrimiento se suma a una lista creciente de planetas potencialmente habitables en la vecindad cósmica de la Tierra. Sin embargo, los astrónomos recalcan que aún falta un largo camino para confirmar si este mundo puede albergar vida. Por ahora, lo más relevante es que se trata de un objetivo ideal para investigaciones futuras, tanto por su cercanía relativa como por sus características físicas.

Además de su importancia científica, el hallazgo alimenta el interés en proyectos de exploración espacial a largo plazo. La posibilidad de identificar mundos similares a la Tierra refuerza la idea de que la vida podría no ser exclusiva de nuestro planeta, un tema que trasciende la ciencia y toca cuestiones filosóficas y culturales sobre el lugar de la humanidad en el universo.

Para los astrónomos, este exoplaneta representa una oportunidad única: observar y estudiar un mundo que, aunque lejano, ofrece pistas sobre cómo se forman y evolucionan los sistemas planetarios y qué condiciones hacen posible la vida. El próximo paso será programar observaciones detalladas que permitan descifrar la composición de su atmósfera y evaluar con mayor precisión sus posibilidades de habitabilidad.