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Agentes federales en Chicago y Boston en medio de operativos migratorios

CHICAGO/BOSTON, EE.UU.– El Gobierno del presidente Donald Trump ha lanzado una nueva serie de operativos migratorios en las ciudades de Chicago y Boston, dos jurisdicciones con políticas de “ciudades santuario” que buscan proteger a las comunidades de inmigrantes. La medida forma parte de una escalada en la agenda antimigratoria del mandatario, quien ha amenazado con el despliegue de la Guardia Nacional y militares en áreas que se oponen a su política.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) justificó la acción en un comunicado, indicando que los operativos buscan detener a “extranjeros criminales ilegales” que, según ellos, se han “aglomerado” en Chicago debido a que las políticas locales les permiten evadir a las autoridades federales. La alcaldía de Chicago restringe la colaboración de su policía con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y permite el acceso de migrantes a programas sociales sin importar su estatus legal.

En el mismo sentido, la ciudad de Boston ha reportado un aumento en la presencia de agentes de ICE, días después de que su alcaldesa, Michelle Wu, fuera demandada por el Departamento de Justicia por sus políticas proinmigrantes. Boston cuenta con una ley similar a la de Chicago que limita la cooperación de la policía local con las agencias de inmigración.

Aumenta el despliegue de agentes y la retención de migrantes
Según medios locales, aproximadamente 300 agentes federales se encuentran en la estación naval Great Lakes, al norte de Chicago, listos para un posible despliegue mayor. Tom Homan, conocido como el ‘zar’ de la frontera, confirmó en una entrevista con CNN que el Gobierno planea desplegar la Guardia Nacional en Chicago y otras “ciudades santuario” esta misma semana.

Tras la aprobación de un paquete presupuestario en julio que asignó fondos a la agenda de Trump, el DHS ha intensificado la detención de inmigrantes en todo el país. Actualmente, el número de migrantes retenidos en EE.UU. ha alcanzado la cifra de 61 mil 200, la más alta en años. De este total, casi la mitad (45 por ciento) no tiene antecedentes criminales, según datos del investigador Austin Kocher de la Universidad de Syracuse.