Meta comprará la startup de chips Rivos para fortalecer su infraestructura de IA, buscando disminuir su dependencia de NVIDIA
Meta ha decidido adquirir la startup de chips Rivos, con el fin de reforzar de manera significativa su capacidad interna de desarrollo de semiconductores para inteligencia artificial. Rivos, con sede en Santa Clara, California, se especializa en arquitectura RISC‑V, una alternativa abierta a las arquitecturas de chips más usadas hasta ahora.
La movida forma parte de una estrategia mayor de Meta para tener más control sobre sus herramientas de hardware, reducir dependencia de terceros como NVIDIA, y optimizar tanto los costos como el rendimiento de sus sistemas. Aunque los términos financieros exactos de la adquisición no han sido hechos públicos, se comenta que Rivos estaba cerca de cerrar una ronda de financiamiento con una valoración de unos 2 mil millones de dólares. Meta ya era uno de los clientes más importantes de Rivos, lo que sugiere que la relación entre ambas empresas venía desarrollándose antes del acuerdo.
Rivos aporta experiencia en la elaboración de sistemas completos de IA y en diseñar chips basados en RISC‑V, lo cual puede acelerar los esfuerzos de Meta para producir “silicio personalizado” para sus tareas internas de entrenamiento e inferencia. De hecho, Meta ya trabaja con su propia línea de aceleradores, MTIA (Meta Training and Inference Accelerator), lo que indica que la compañía ya tiene algo construido en este terreno, pero necesita potenciarlo con talento, tecnología y mayor autonomía.
Con esta compra, Meta busca no solo reducir lo que invierte al depender de proveedores externos, sino también mejorar su eficiencia operativa, controlar mejor los plazos de desarrollo y adaptarse rápidamente a las necesidades cambiantes de los modelos de IA, que cada vez demandan más capacidad computacional y optimización energética.
El efecto esperado es que Meta pueda diseñar chips que se ajusten de modo más específico a sus modelos, lo que podría traducirse en mejor rendimiento por vatio consumido, menores latencias internas y mayores escalabilidad en sus centros de datos. Al incorporar lo que ofrece Rivos, eso también puede implicar un avance tecnológico interno importante, pues la arquitectura RISC‑V abre posibilidades de innovación más flexibles al no estar tan restringida por licencias y modelos propietarios.
Sin embargo, ese tipo de adquisiciones también conlleva retos: integrar equipos de diseño de chips, sincronizar procesos de ingeniería distintos, pruebas físicas, fabricación y producción masiva, además de los riesgos técnicos que conlleva salir del uso casi exclusivo de proveedores consolidados. Aun así, Meta parece apostar fuerte por tener un ecosistema más autónomo en hardware para soportar su visión futura en inteligencia artificial.