Del Toro llega en solitario y conquista la clásica de Gran Piemonte
Cada que Isaac del Toro sube al podio lo hace ver como algo rutinario, como si el desgaste físico fuera ajeno al ciclista de Ensenada , Baja California, y tanto sus rivales como el público ya supieran lo que va a ocurrir. Al menos, cuando su compañero en el UAE Team Emirates, Tadej Pogacar y otros tres monstruos de la disciplina, no están en la lista de salida.
Esta historia se escribió de nuevo ayer en la edición 109 de la carrera clásica Gran Piemonte, que se disputó entre las localidades italianas de Dogliani y Acqui Terme. Del Toro llegó a la meta con una calma pasmosa, volteó por cortesía hacia el fondo y se dio cuenta que nadie lo acechaba. Estaba solo después de 179 kilómetros. Levantó los brazos y con uno de sus dedos indicó que otra vez era el número uno, al lograr su victoria 15 de la temporada.
“Este año ha sido mejor de lo esperado, tanto para el equipo como para mí. Siempre te exiges, siempre quieres hacerlo mejor y mantenerte profesional. Pero ha sido increíble. No es algo normal, es realmente maravilloso”, declaró el mexicano, quien finalizó con un tiempo de 4 horas 8 minutos y 24 segundos, seguido del suizo Marc Hirschi (Tudor), y el neerlandés Bauke Mollema (Lidl-Trek).
Solamente Pogacar ha estado más veces en la cima del podio este año (19), pero el ganador del Tour de Francia y líder del ranking de la UCI con más del doble de puntos de su más cercano perseguidor, Jonas Vingegaard, es de otra galaxia. Del Toro es cuarto de la clasificación después de sus destacadas actuaciones: subcampeón en el Giro de Italia, campeón de la Milán-Torino, Vuelta a Burgos, la Clásica Terres de l’Ebre, Vuelta a Austria, entre otras.
A 18 kilómetros del final, el mexicano se despegó de los líderes con una brutal embestida que ninguno soportó. Del Toro aprovechó su potencia de piernas en las colinas para perderse entre el bosque y construir una ventaja de 40 segundos sobre Hirschi, que fue irremontable, para convertirse en el primer pedalista tricolor en la historia en ganar este clásico.
“Fue una situación caótica porque siempre había alguien delante de mí. Cuando los alcancé, supe que tenía que volver a acelerar para quedarme solo, de lo contrario, todo habría sido mucho más complicado. Si ya conoces un poco mejor la subida, tienes una mejor idea en la cabeza de lo que quieres hacer. Fue una etapa dura, pero gracias al equipo no tenía nada que perder. Por eso ataqué desde el inicio”, explicó.
Del Toro tendrá un nuevo reto por delante mañana en el Giro de Lombardía, donde competirá junto a su compañero Pogacar. El último encuentro entre ambos fue hace unas semanas en el Mundial de Ciclismo, que se disputó en Ruanda, donde en un acto de valentía el mexicano acompañó al monstruo esloveno en un ataque a 100 kilómetros del final con un ritmo delirante, en el cual alternaron el liderato durante 30 kilómetros.
En esa escena en África se demostró que nadie está a la altura de Pogacar, quien se benefició de la osadía de un Del Toro que terminó exprimido tras semejante reto, para coronarse por segundo año consecutivo, mientras el mexicano fue séptimo. Pero también se confirmó que el pedalista de Ensenada ha llegado a un nivel de élite, que lo tiene entre los mejores cinco del mundo.
Hace unas semanas, Vingegaard, reciente campeón de la Vuelta a España, no dudó en señalar al mexicano como uno de los candidatos a marcar época, tras ser interrogado sobre el relevo generacional: “Diría que Isaac del Toro o Paul Seixas podrían alcanzar nuestro nivel”.