Menor de edad grave por Rickettsiosis
Delicado pero estable se encuentra un menor de edad con diagnóstico de Rickettsiosis.
Se trata de Irán Bandián Lucero Soberanes, de 12 años de edad, quien permanece internado desde el lunes en el Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES) en Hermosillo, donde recibe atención médica especializada tras presentar un cuadro febril severo y complicaciones derivadas de una enfermedad crónica que padece desde hace años.
Su madre, Mónica, explicó que el pequeño sufre una enfermedad degenerativa que afecta sus huesos, lo que ha complicado su evolución clínica y requiere de cuidados constantes.
Dijo que hasta ahora no se cuenta con los resultados oficiales de laboratorio, pero los médicos le informaron que lo más probable es que el menor padezca Rickettsiosis, enfermedad transmitida por la picadura de garrapata infectada.
“También puede ser dengue, porque mis dos hijos y mis dos nietos también están enfermos”, comentó angustiada.
Señaló que en la colonia Golondrinas, donde reside la familia, hay varios casos de dengue y antecedentes recientes de Rickettsiosis, lo que ha generado alarma entre los vecinos por el aumento de contagios y la falta de fumigaciones.
Mónica relató que la situación ha sido muy difícil, pues permanece sola en Hermosillo cuidando a su hijo internado, sin apoyo económico ni recursos suficientes para cubrir los gastos de estancia y atención.
“Estoy desesperada, no tengo cómo moverme ni cómo comprar lo que necesita mi hijo, pero no puedo dejarlo solo”, dijo.
La madre hizo un llamado solidario a la comunidad para quienes puedan apoyar con artículos básicos, como pañales, toallas húmedas, cobijas o alimentos en especie, ya que el pequeño requiere cuidados constantes durante su hospitalización.
Las personas interesadas en brindar apoyo pueden comunicarse al teléfono 622 213 5882.
El caso de Irán Bandián refleja la vulnerabilidad de muchas familias sonorenses ante enfermedades transmitidas por vectores, que cada año cobran vidas en la entidad, especialmente en zonas donde la fumigación es insuficiente y los servicios de salud tardan en responder.
Mientras tanto, el menor de edad sigue luchando por su recuperación, acompañado solo por la esperanza y la fuerza de su madre.