Científicos de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA) han anunciado un hallazgo fundamental para la astrofísica planetaria: la detección por primera vez de actividad eléctrica en la atmósfera de Marte. Este descubrimiento, que incluye la presencia de descargas y la ionización de partículas, sugiere que la química y el clima del Planeta Rojo son considerablemente más complejos y dinámicos de lo que se había modelado previamente.
Los datos, recopilados gracias a la sonda MAVEN (Mars Atmosphere and Volatile Evolution) de la NASA y la nave Mars Express de la ESA, indican que los fenómenos atmosféricos marcianos se asemejan a los procesos eléctricos que ocurren en la Tierra, aunque con un origen distinto.
El Rol del Polvo y las Descargas Electroestáticas
El fenómeno eléctrico detectado está directamente relacionado con las frecuentes y masivas tormentas de polvo que caracterizan el clima marciano. A diferencia de la Tierra, donde los rayos se forman principalmente por cristales de hielo en las nubes, en Marte la fricción de las partículas de polvo es el motor principal:
Generación de Carga: Las fuertes corrientes de viento levantan el polvo, y la fricción entre estas partículas secas genera grandes cantidades de carga electrostática.
Pulsos Eléctricos: Se han identificado pulsos que indican la presencia de descargas atmosféricas (similares a micro-rayos), que tienden a ser más débiles y ocurren a altitudes inferiores en comparación con los relámpagos terrestres.
Este hallazgo tiene implicaciones directas para las futuras misiones tripuladas, ya que la electricidad estática y las descargas pueden ser un factor de riesgo para el equipo y los astronautas. Además, la ionización afecta cómo y por qué Marte ha perdido gran parte de su atmósfera a lo largo de miles de millones de años.
Instrumentos Clave en el Descubrimiento
El equipo científico logró identificar las firmas de esta actividad eléctrica mediante el análisis de mediciones de campos electromagnéticos y plasma en las capas superiores de la atmósfera marciana. La colaboración entre las dos misiones, MAVEN y Mars Express, ha sido crucial para triangular y confirmar la existencia de este fenómeno.
Este descubrimiento no solo potencia la comprensión del clima de Marte, sino que también proporciona un valioso punto de comparación para el estudio de la electricidad atmosférica en otros cuerpos celestes con atmósferas ricas en polvo.
