El Telescopio Espacial James Webb (JWST) continúa redefiniendo los límites de la astrofísica con nuevos datos que han permitido la detección de moléculas orgánicas clave y complejas en las atmósferas de varios exoplanetas. La capacidad única del JWST para observar en el espectro infrarrojo está proporcionando la información más detallada jamás obtenida sobre la composición química de mundos distantes.
Mediante la técnica de espectroscopía de tránsito, el telescopio analizó la luz de las estrellas que atraviesa las atmósferas de los planetas, revelando firmas químicas que incluyen vapor de agua, metano y dióxido de carbono . El metano y el dióxido de carbono son particularmente interesantes, ya que en la Tierra se consideran gases de efecto invernadero y son componentes esenciales para la vida como la conocemos (biofirmas).
Estos hallazgos permiten a los investigadores:
Entender la Formación Planetaria: La proporción de carbono a oxígeno en la atmósfera ofrece pistas cruciales sobre dónde y cómo se formó el planeta dentro de su disco protoplanetario.
Evaluar Habitabilidad: Aunque las detecciones iniciales fueron en gigantes gaseosos, el éxito de la técnica valida la metodología para la inminente exploración de la atmósfera de exoplanetas rocosos más pequeños, que son los principales candidatos a albergar vida.





