El desafío sanitario de la República Popular China, hogar de más de 1.300 millones de habitantes, siempre ha sido monumental. Sin embargo, a través de una reforma radical y ambiciosa lanzada en 2009, el país asiático ha logrado una hazaña histórica: alcanzar una cobertura de seguro médico básico que abarca a más del 95% de su población, un logro que otras naciones en desarrollo aspiran a emular.
La clave de esta transformación no ha sido un sistema único, sino la creación de un sistema de seguro médico estratificado y subvencionado por el Gobierno Central y local.
Los Pilares del Sistema Sanitario Chino
El éxito de China radica en la implementación de dos grandes programas de seguro que trabajan de manera paralela para cubrir a toda la población:
Seguro Médico Básico para Empleados Urbanos (UEBMI): Este es el plan de corte laboral y obligatorio para los trabajadores y sus empleadores en las ciudades. Ofrece una cobertura más robusta, financiada con las cotizaciones de ambas partes.
Seguro Médico Básico para Residentes Urbanos y Rurales sin Empleo (URBMI/NCMS): Esta categoría agrupa a estudiantes, niños, ancianos y, crucialmente, a la vasta población rural. Este plan es predominantemente subvencionado por el gobierno, lo que permite la inscripción masiva de personas que no participan en el mercado laboral formal.
Según datos recientes, más de 1.334 millones de personas están cubiertas, con la población rural siendo la principal beneficiada de la ampliación de la cobertura.
Estrategia: Inversión, Reducción de Costos y Acceso Básico
La reforma sanitaria de 2009 se centró en cinco prioridades, siendo la principal la cobertura universal. Para alcanzarla, el Gobierno implementó medidas clave:
Atención Primaria y Comunitaria: Se invirtió masivamente en la construcción de 980.000 instituciones médicas a nivel comunitario y rural, asegurando que los servicios médicos básicos estuvieran geográficamente accesibles, especialmente en las zonas más remotas. Este enfoque revitalizó el papel de los antiguos “médicos descalzos” y de las clínicas rurales.
Centralización del Precio de Medicamentos: Una de las medidas más efectivas fue la creación de un catálogo nacional de medicinas básicas que se venden a un mismo precio en todo el país. Esta licitación centralizada redujo el costo de los fármacos en hasta un 30%, previniendo que los hospitales sobrefacturen.
Subsidios Gubernamentales: El Estado asumió gran parte del costo de las primas de seguro, haciendo que el acceso al seguro básico fuera asequible (o gratuito, en algunos casos) para la mayoría de los ciudadanos de bajos recursos.
Dato clave: La cobertura universal no significa necesariamente cobertura total. El sistema chino cubre parcialmente los gastos (entre el 50% y el 80% en muchos casos) y establece límites de gasto, dejando a los ciudadanos la obligación de pagar una porción significativa de su bolsillo, sobre todo en casos de enfermedades graves o tratamientos externos complejos.




