El Museo del Louvre, la institución cultural más visitada del mundo, restableció este viernes 19 de diciembre la apertura total de sus instalaciones tras alcanzar una “tregua navideña” entre los sindicatos de trabajadores y la dirección.
La movilización, que duró una semana, provocó el cierre total del recinto el pasado lunes y cierres parciales durante miércoles y jueves. Se estima que cada día de inactividad representó una pérdida económica de aproximadamente 400,000 euros para el museo, que tiene una capacidad de hasta 30,000 visitantes diarios.
A pesar de la reapertura, el conflicto laboral está lejos de resolverse. Christian Galani, delegado del sindicato CGT, advirtió que los trabajadores han votado por una pausa temporal para las fiestas, pero mantienen el preaviso de huelga.
“Si no cambia nada, vamos a parar de nuevo el 5 de enero de 2026”, sentenció Galani.
Las demandas de los 2,200 empleados, en su mayoría personal de vigilancia y seguridad que incluyen:
Aumentos salariales fijos, rechazando la paga extraordinaria única de 350 euros propuesta por el Ministerio de Cultura.
Homologación de condiciones laborales con el resto de los funcionarios del sector.
Caos y largas filas en la reapertura
La noticia de la reapertura provocó que miles de turistas se agolparan en la pirámide de cristal desde temprana hora. Sin embargo, la saturación impidió que muchos lograran ingresar. Visitantes denunciaron falta de información clara sobre la venta de boletos y horarios, describiendo la situación como un acceso “al azar”.
El ambiente entre el personal y los visitantes es tenso. Algunos trabajadores y exempleados han señalado el agotamiento ante el turismo masivo y la falta de empatía de los visitantes, en un año particularmente difícil para el recinto.
La huelga es solo el último de una serie de incidentes que han afectado al museo en los últimos meses:
En octubre, fueron sustraídas ocho joyas de la Corona francesa, el cierre de salas por vigas frágiles.
Una inundación reciente que afectó el área de manuscritos egipcios.
Por ahora, la Mona Lisa y las miles de joyas del Louvre vuelven a estar a la vista del público, al menos hasta que expire el plazo sindical en la primera semana de enero.
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