La industria logística de última milla está viviendo una transformación acelerada con la implementación masiva de robots autónomos para la entrega de comida y productos. Durante 2025, empresas globales como Uber Eats, Amazon y DoorDash han pasado de fases experimentales a despliegues comerciales robustos, utilizando flotas de miles de unidades en ciudades de Estados Unidos, Europa y Asia. Estos dispositivos, diseñados para transitar por banquetas y zonas peatonales, están asumiendo gran parte de los pedidos de corta distancia que antes realizaban repartidores humanos.
El auge de esta tecnología responde principalmente a la búsqueda de rentabilidad, ya que las entregas automatizadas pueden costar hasta un 60 por ciento menos que las realizadas por personas. Además de la reducción de costos operativos, los robots ofrecen ventajas operativas críticas: pueden funcionar de manera ininterrumpida, son propulsados por energía eléctrica, lo que reduce las emisiones de carbono, y ayudan a mitigar la escasez de mano de obra en el sector de servicios.
A pesar del avance tecnológico, las compañías sostienen que el modelo predominante para el cierre de 2025 es híbrido. Mientras que los robots gestionan tareas rutinarias y entregas pequeñas en radios cercanos, los repartidores humanos se concentran en pedidos de mayor volumen, rutas complejas o situaciones que requieren interacción personal. No obstante, la rápida evolución de la inteligencia artificial y el diseño de robots humanoides sugiere que la automatización seguirá expandiendo su dominio en las calles urbanas en los próximos años.




