Internacional

Agentes de ICE y migrantes enfrentan condiciones “deplorables” en base militar de Yibuti

Oficiales del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EE.UU. (ICE) y ocho migrantes con antecedentes penales permanecen varados en condiciones “deplorables e inseguras” en una base naval estadounidense en Yibuti, luego de que un juez federal detuviera su deportación a Sudán del Sur.

Así lo denunció Melissa Harper, directora ejecutiva adjunta de ICE, en una declaración judicial presentada este jueves, en la que detalla los riesgos y precariedades a los que se enfrentan tanto los once agentes desplegados como los migrantes detenidos desde hace más de un mes.

Según Harper, las condiciones en la base incluyen exposición a la malaria, calor extremo, escasa iluminación, medidas de seguridad mínimas, y proximidad a fosas de incineración, lo que afecta la respiración de los ocupantes. Además, advirtió sobre posibles ataques con cohetes desde Yemen, lo que pone a los oficiales en peligro inminente.

“El personal no cuenta con chalecos antibalas ni medidas de protección suficientes. Estas condiciones no son apropiadas para una estancia prolongada”, indicó Harper.

Los migrantes —procedentes de Cuba, México, Laos, Birmania, Vietnam y Sudán del Sur— están confinados en un contenedor de carga adaptado como sala de conferencias, donde son vigilados constantemente por los agentes migratorios.

Detención judicial por riesgo de tortura
El vuelo de deportación fue detenido en Yibuti por orden del juez Brian Murphy, del Distrito de Massachusetts, quien dictaminó que la Administración de Trump violó un fallo anterior que prohíbe la deportación de migrantes a países donde podrían ser torturados o perseguidos, sin antes garantizarles una defensa legal adecuada.

De los ocho extranjeros, solo uno es originario de Sudán del Sur, mientras que los demás no tienen vínculos con ese país. El juez ha ofrecido la opción de realizar audiencias judiciales en Yibuti, pero ICE argumenta que las condiciones en la base militar impiden un proceso justo.

Críticas al manejo del caso
La declaración de Harper ha encendido el debate sobre el manejo de las deportaciones por parte del Gobierno estadounidense. Defensores de derechos migrantes cuestionan por qué la Casa Blanca insiste en mantener a los detenidos en un entorno hostil y riesgoso, en lugar de traerlos de vuelta a EE.UU. para garantizarles el debido proceso.

El Departamento de Estado ha calificado a Sudán del Sur como un país inseguro, debido al conflicto armado interno, y mantiene una alerta de viaje nivel 4, recomendando no visitar la nación africana. Incluso ha evacuado a su personal no esencial del país.

La situación ha generado frustración entre los agentes de ICE en Yibuti, quienes —según la declaración judicial— temen por su seguridad al custodiar a personas con antecedentes penales violentos en una base expuesta a riesgos externos.

Mientras tanto, los detenidos permanecen bajo vigilancia constante, sin certeza sobre su destino legal ni garantías de seguridad sanitaria y jurídica, en un limbo migratorio que desata preocupaciones humanitarias y legales.