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Álvaro Uribe, expresidente de Colombia, enfrenta posible pena de cárcel a sus 73 años tras ser hallado culpable

El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, figura central de la política del país durante más de dos décadas, fue hallado culpable este lunes de los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal, lo que abre la posibilidad de que, a sus 73 años, enfrente una condena de cárcel.

La jueza Sandra Heredia dictó el fallo en primera instancia en un juicio que Uribe ha calificado reiteradamente como una “persecución política de la izquierda”.

Uribe, presidente entre 2002 y 2010, es considerado uno de los políticos más influyentes de la historia reciente de Colombia. Su figura ha generado intensos debates: idolatrado por sus seguidores, principalmente por su política de seguridad democrática y su lucha contra las FARC, y duramente criticado por sus opositores debido a los múltiples escándalos judiciales y acusaciones que lo han perseguido desde los años 80.

De la Presidencia al banquillo
El fallo por el que fue condenado se deriva de un caso en el que se le acusa de manipular testigos y obstruir la justicia para desmentir acusaciones que lo vinculaban con grupos paramilitares durante su etapa como gobernador de Antioquia en los años 90.

Tras dejar la Presidencia, Uribe fue senador y líder del partido Centro Democrático, desde donde siguió siendo figura clave del uribismo y del ala más conservadora del país. Incluso sin cargo público desde 2020, su influencia en la política colombiana sigue intacta.

Un historial de controversias
Su historia está marcada por episodios que han puesto en entredicho su trayectoria:

Vínculos con paramilitares durante su gobernación.

Interceptaciones ilegales por el DAS durante su Gobierno.

Las ejecuciones extrajudiciales conocidas como “falsos positivos”, documentadas por la JEP, que reportó al menos 6,402 muertes ilegítimas entre 2002 y 2008.

Acusaciones desde su paso por la Aerocivil, en los años 80, por otorgar licencias a empresas ligadas al narcotráfico.

Aun así, mantuvo una alta popularidad —que llegó al 75 % al dejar el poder— y un poder de convocatoria electoral incuestionable.

Reacción del expresidente
Desde su hacienda en Antioquia, Uribe reaccionó con firmeza tras el fallo:

“Esto es un montaje político. No me van a silenciar”, dijo durante un discurso ante seguidores en Medellín, en el que también advirtió sobre una “naciente dictadura” y se mostró dispuesto a continuar en la vida política.

Con este mensaje, Uribe abrió la puerta a una eventual participación indirecta en las elecciones de 2026, mostrando que, aunque enfrenta una posible condena, no se retira del escenario político.

Lo que sigue
El fallo aún puede ser apelado, y se espera que su defensa lo haga en los próximos días. Sin embargo, esta sentencia marca un hito histórico: por primera vez, un expresidente colombiano es condenado penalmente en los tribunales ordinarios, lo que representa un punto de inflexión tanto en la justicia como en la política del país.