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Análisis de IEPS a Bebidas Azucaradas Reaviva Debate sobre Edulcorantes No Calóricos

La propuesta de elevar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas, proyectando un incremento de $1.6451 a $3.818 pesos por litro para 2026, ha intensificado la discusión en México sobre el papel de los endulzantes, particularmente los edulcorantes no calóricos (ENC).

Organizaciones como la Asociación Internacional de Edulcorantes (ISA), a través de su vocera, la nutrióloga Laura Miranda, han salido a defender el uso de los ENC, argumentando que son herramientas clave para combatir la crisis de obesidad y diabetes que afecta al país.

Diferencia entre Azúcar y Edulcorantes
La principal diferencia, según Miranda, radica en el aporte energético: “El azúcar nos proporciona calorías, mientras que los edulcorantes no calóricos nos dan sabor dulce sin aportar energía”. El azúcar eleva la glucosa en sangre y aporta 4 kilocalorías por gramo, mientras que los ENC aportan cero o calorías insignificantes y no afectan los niveles de glucosa.

La especialista subraya la importancia de esta distinción, ya que los ENC “ayudan a la reducción del contenido de azúcares y de calorías de los productos”, siendo un recurso favorable para el control de la diabetes y la salud bucodental (al no causar caries).

Seguridad y Aval Científico
Miranda desmintió que los ENC carezcan de respaldo científico, señalando que son de los ingredientes “más exhaustivamente estudiados a nivel mundial”. Su seguridad está avalada por agencias científicas y regulatorias internacionales con décadas de experiencia, incluyendo:

FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU.)

EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria)

JECFA (Comité de expertos de la FAO y la OMS)

Riesgo de Políticas sin Base Científica
El debate fiscal se inserta en un contexto donde el 74% de los adultos en México padece sobrepeso u obesidad, y la diabetes es la segunda causa de muerte.

Miranda advierte que imponer restricciones sin diferenciar entre el azúcar y los ENC podría tener consecuencias negativas. Sancionar a los ENC implicaría reducir las alternativas bajas en calorías disponibles para el consumidor y limitar la capacidad de las empresas para reformular productos, lo que representaría un “retroceso” en los esfuerzos contra la obesidad y la diabetes.

La especialista enfatizó que las decisiones regulatorias deben estar “guiadas por la ciencia” y no por “el miedo ni por la política”, para asegurar que las estrategias tengan un impacto positivo en la salud pública y la economía.