Anticastristas de Miami diluyen expectativa de “invasión” a Cuba
La reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos y el nombramiento de Marco Rubio como secretario de Estado desataron en Miami una ola de optimismo entre sectores anticastristas, que anticipaban un endurecimiento drástico de la política hacia Cuba. Algunos incluso especulaban sobre una posible intervención militar o una aceleración del cambio de régimen en la isla. Sin embargo, a seis meses del inicio del nuevo gobierno, la percepción generalizada en la ciudad es de continuidad y desencanto.
“Al final de cuentas, mucho de esto es más de lo mismo”, comentó el sociólogo Guillermo Grenier, profesor de la Florida International University y experto en opinión pública de la comunidad cubanoestadunidense.
De la euforia al desencanto
Según Grenier, al inicio del segundo mandato de Trump, las expectativas eran elevadas. La combinación del regreso del magnate a la Casa Blanca y la designación de Rubio al frente de la diplomacia estadounidense hizo pensar a muchos en una ofensiva inminente contra La Habana. En espacios como el restaurante Versailles, en la emblemática calle Ocho, corrían rumores sobre una posible invasión.
“Pero lo que siempre se le olvida a esta gente es que Cuba simplemente no es tan importante. Puede ser trascendente en la calle Ocho, pero no lo es en Washington”, explicó el académico.
Hoy, asegura, ya no se escuchan esas conversaciones sobre medidas radicales contra el gobierno cubano. Aunque se han anunciado ajustes en temas como remesas y turismo, no hay cambios sustanciales respecto a lo que hizo el propio Trump en su primer mandato, o incluso su sucesor, Joe Biden.
Silencio entre decepcionados
A pesar de la decepción, los sectores más conservadores de la comunidad cubanoamericana —que históricamente han respaldado al Partido Republicano— no han alzado la voz en contra del nuevo gobierno. Incluso frente a las medidas antimigrantes impulsadas por Trump, muchos siguen fieles al mandatario.
“Los cubanos que llegaron hace décadas se identifican más con Trump que con su propia historia migrante. Son republicanos primero, cubanoestadunidenses segundo e inmigrantes tercero”, señaló Grenier.
Proyecto de ley sin futuro
En medio del panorama, la congresista republicana María Elvira Salazar presentó un proyecto de ley bipartidista que endurece los requisitos de asilo y promueve el cumplimiento migratorio, pero que también abre una ruta hacia la ciudadanía para migrantes indocumentados. Aunque podría beneficiar a más de 500 mil cubanos con estatus migratorio vulnerable, se prevé que la iniciativa no prospere en el Congreso dominado por una línea dura contra la migración.
Cuestionamientos desde dentro
La decepción con la política hacia Cuba no se limita a Miami. Figuras influyentes del entorno conservador, como el ex presentador de Fox News Tucker Carlson, han empezado a criticar el embargo contra la isla, cuestionando su efectividad tras más de seis décadas.
“¿Las sanciones son realmente la respuesta? Hemos tenido un embargo desde 1959 y no ha funcionado”, dijo Carlson recientemente, provocando debate incluso entre los simpatizantes más leales a Trump.
Conclusión
A medio año del inicio de su segundo mandato, Donald Trump enfrenta una realidad que contradice las expectativas generadas en sectores duros del exilio cubano. Aunque su retórica sigue siendo firme, la falta de acciones contundentes ha diluido el entusiasmo inicial, dejando una sensación de déjà vu entre quienes esperaban un giro decisivo en la política hacia Cuba.