Apagones de hasta 20 horas diarias castigan a Cuba en medio de una de sus peores crisis energéticas
Cuba enfrenta apagones de hasta 20 horas diarias en amplias zonas del país, producto de una crisis energética que se ha agravado desde agosto de 2024 por el deterioro de su infraestructura eléctrica y la escasez de combustible. Este lunes, la Unión Eléctrica (UNE) informó que los cortes afectarán hasta al 45 por ciento del país durante el horario de máxima demanda.
La situación ha escalado hasta convertirse en una de las peores crisis energéticas en la isla en décadas. Cinco de las 20 unidades termoeléctricas están fuera de servicio por averías o mantenimiento, mientras que 72 centrales de generación distribuida no operan por falta de diésel y fueloil, debido a la falta de divisas para importarlos.
Según los datos de la UNE, en el pico vespertino y nocturno se prevé una capacidad máxima de generación de 1,910 megavatios, frente a una demanda de 3,350 megavatios, lo que genera un déficit de 1,440 MW y una afectación directa de 1,510 MW.
En La Habana, los apagones diarios oscilan entre cuatro y cinco horas, pero en provincias del oriente cubano y otras zonas rurales los cortes superan con frecuencia las 18 o incluso 20 horas consecutivas, generando un fuerte malestar social.
Desde agosto pasado, se han registrado cuatro apagones nacionales (blackouts), cuyas secuelas se han extendido por días, con interrupciones masivas en sectores clave como el transporte, la salud y la alimentación.
La red eléctrica cubana está compuesta por centrales termoeléctricas envejecidas, muchas de ellas en funcionamiento desde hace más de 40 años. Según expertos independientes, reflotar el sistema eléctrico requeriría una inversión de entre 8,000 y 10,000 millones de dólares, una suma fuera del alcance de un Estado sin acceso a financiamiento internacional.
El Gobierno cubano culpa en parte a las sanciones estadounidenses, que limitan su capacidad de adquisición de combustibles y repuestos. No obstante, especialistas sostienen que el colapso se debe también a la infrafinanciación crónica del sector, totalmente controlado por el Estado desde 1959.
El impacto económico y social de los apagones es profundo. La economía cubana se contrajo 1.9 % en 2023 y se mantuvo estancada en 2024, según cifras oficiales. El producto interno bruto sigue por debajo de los niveles prepandemia y no se espera una recuperación significativa este año, más allá del 1 % de crecimiento proyectado por el Ejecutivo.
Además, los cortes han sido desencadenantes de protestas como las de julio de 2021, agosto de 2022 y marzo de 2024. La población cubana, ya golpeada por la inflación, la escasez de alimentos y la migración masiva, enfrenta ahora una emergencia energética sin precedentes que amenaza con profundizar el descontento y la inestabilidad.