Ataques de Israel en Gaza y Líbano dejan 112 muertos
En medio de la escalada de violencia en el conflicto entre Israel y grupos militantes en Gaza y Líbano, el ejército israelí informó ayer que al menos 52 personas fallecieron en Gaza, mientras que 60 presuntos militantes de Hezbollah murieron en Líbano, tras una serie de ataques en la región de Baalbek y otras áreas al norte del río Litani.
La ofensiva en Gaza se ha centrado en el norte del enclave costero, donde el bombardeo ha provocado la muerte de cinco personas en las inmediaciones de la mezquita Al Omari en Jabaliya y otras cuatro en viviendas cercanas. En el campo de refugiados de Abú Sharj, al oeste de Jabaliya, se reportaron seis víctimas más. La ciudad de Rafah también ha sido afectada, con ocho fallecidos y cuatro más en el barrio de Al Yanina, al este de Rafah. Otros tres murieron en el campo de refugiados de Nuseirat y cinco en Tabat Zare. Además, Israel confirmó la expansión de su ofensiva terrestre en Beit Lahiya, escenario de intensos bombardeos desde octubre.
En el frente libanés, la tensión se incrementó con ataques israelíes que abatieron a 60 miembros de Hezbollah en Baalbek y en zonas al norte del río Litani. Entre los objetivos alcanzados, el ejército israelí señaló la presencia de al menos 20 militantes en la zona de Baalbek. Durante estos ataques, Israel destruyó un edificio otomano situado cerca del complejo arqueológico de Baalbek, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. El gobernador libanés Bachir Khodr describió el edificio, ubicado en el barrio histórico de Manshiyeh, como una construcción de gran valor histórico que databa de la época otomana.
Ayer, los alrededores de Baalbek mostraban montones de escombros y metal retorcido, junto a un autobús calcinado, en medio de los efectos de los bombardeos en una de las áreas con mayor concentración de templos grecorromanos y fenicios en el Levante. El ejército israelí ordenó a los habitantes de Baalbek que evacuaran la ciudad, ubicada en el valle de la Bekaa, ya que la considera un refugio para líderes de Hezbollah, grupo respaldado por Irán.
El conflicto ha encendido la preocupación en la comunidad internacional, que observa con alarma el impacto de los ataques en áreas de gran valor patrimonial y la escalada de enfrentamientos en una región ya marcada por décadas de conflicto y tensiones geopolíticas.