La compañía aeroespacial Blue Origin ha marcado un hito sin precedentes en la historia de la astronáutica al completar con éxito la misión NS-37 que llevó a Michaela Benthaus una ingeniera alemana y usuaria de silla de ruedas más allá de la línea de Kármán. Este vuelo suborbital realizado a bordo de la cápsula New Shepard desde el oeste de Texas representa un avance fundamental en la democratización del acceso al espacio al demostrar que las discapacidades físicas no son una barrera insuperable para experimentar la microgravedad. Benthaus quien sufrió una lesión medular en 2018 cumplió su sueño de infancia al integrarse a una tripulación de seis personas que alcanzó una altitud superior a los 100 kilómetros permitiendo que el mundo sea testigo de una nueva era de inclusión en el turismo espacial privado.
El éxito de esta operación se debió en gran medida a que la nave de Blue Origin fue diseñada desde sus conceptos iniciales con estándares de accesibilidad universal lo que permitió que la ingeniera pudiera abordar y disfrutar de la experiencia con ajustes mínimos en el protocolo de seguridad. Durante los diez minutos que duró la travesía los tripulantes experimentaron varios minutos de ingravidez antes de que la cápsula descendiera suavemente mediante un sistema de paracaídas en el desierto estadounidense. Esta misión no solo consolida la posición de la empresa de Jeff Bezos en el mercado del transporte aeroespacial comercial sino que también establece un precedente técnico y ético para futuras exploraciones donde la diversidad de los astronautas sea la norma y no la excepción.




