Científicos desarrollan un sistema de inteligencia artificial que predice terremotos con días de anticipación
Un equipo internacional de geofísicos e ingenieros computacionales ha desarrollado un sistema de inteligencia artificial (IA) capaz de predecir terremotos con una ventana de anticipación de hasta cinco días, marcando un posible cambio de paradigma en la prevención de desastres naturales.
Este avance, que aún se encuentra en fase experimental, ha sido probado con éxito en regiones altamente sísmicas como Turquía, California, Japón y la zona andina, mostrando una tasa de acierto superior al 70 % para eventos de magnitud considerable (mayores a 5.0 en la escala de Richter). Aunque los investigadores son cautos, muchos coinciden en que esta tecnología podría convertirse en la primera herramienta verdaderamente predictiva para uno de los fenómenos naturales más devastadores e impredecibles que enfrentamos.
¿Cómo funciona esta IA?
El sistema, conocido como DeepQuake, es una red neuronal de aprendizaje profundo que analiza millones de datos en tiempo real, provenientes de sensores sísmicos, satélites, estaciones geodésicas, cambios de microgravedad y emisiones electromagnéticas en la corteza terrestre.
A diferencia de los métodos tradicionales, que solo permiten avisos de pocos segundos una vez iniciado el movimiento sísmico, DeepQuake se enfoca en patrones precursores, es decir, señales sutiles que ocurren días antes de un gran sismo y que, aunque invisibles para los humanos, pueden ser detectadas por algoritmos entrenados con big data.
Entre los factores que el sistema analiza están:
- Microtemblores imperceptibles (precursores sísmicos).
- Variaciones en el campo magnético terrestre.
- Deformaciones milimétricas del terreno registradas por GPS de alta precisión.
- Cambios en la liberación de gases subterráneos.
- Anomalías térmicas registradas desde el espacio.
Mediante el análisis cruzado de estos datos, la IA emite una alerta de riesgo sísmico regional, indicando una probabilidad significativa de ocurrencia de un sismo en los próximos días, con una localización estimada y un rango de magnitud.
¿Qué tan confiable es?
Durante las pruebas retrospectivas realizadas con datos históricos de terremotos como los de Izmit (1999), Tohoku (2011) y México (2017), el sistema logró identificar patrones previos en más del 80 % de los casos.
En su fase piloto en Turquía durante 2024, el sistema emitió con éxito varias alertas con tres a cinco días de antelación, una de ellas previo a un sismo de magnitud 5.7. Aunque no todos los eventos fueron pronosticados ni todos los pronósticos se materializaron, los resultados han sido significativamente mejores que cualquier intento previo de predicción sísmica.
Los investigadores enfatizan que se trata aún de una herramienta probabilística, no determinista, es decir, no puede decir con certeza absoluta cuándo y dónde ocurrirá un terremoto, pero aumenta enormemente la capacidad de anticipación y preparación.