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Científicos logran imprimir tejido cardíaco funcional en 3D

Un equipo internacional de investigadores anunció este miércoles un avance histórico en la medicina regenerativa: lograron imprimir tejido cardíaco funcional en 3D utilizando células humanas, que es capaz de latir de forma sincronizada y responder a estímulos eléctricos. Este logro representa un paso crucial hacia la creación de órganos artificiales para trasplantes.

El estudio, publicado en la revista científica Advanced Materials, detalla cómo los científicos combinaron bioimpresoras de alta precisión, biomateriales y células madre humanas para construir estructuras que imitan la arquitectura natural del corazón. Tras la impresión, los tejidos fueron cultivados en condiciones controladas que permitieron su maduración funcional.

La doctora Laura Méndez, coautora del proyecto, explicó que “el tejido no solo late de manera coordinada, sino que también responde a señales químicas y eléctricas de forma similar a un corazón humano real. Esto es un avance sin precedentes en la ingeniería de órganos”.

Actualmente, la escasez de donantes y la alta demanda de trasplantes de corazón representan un grave problema de salud pública. La creación de tejidos funcionales a partir de células del propio paciente podría eliminar el riesgo de rechazo inmunológico y reducir los tiempos de espera para trasplantes.

El equipo destacó que este tejido impreso aún no es suficiente para reemplazar un órgano completo, pero sí permite probar fármacos cardiacos y estudiar enfermedades del corazón de manera más precisa y ética, evitando pruebas en animales. Además, sienta las bases para futuras investigaciones que podrían culminar en la fabricación de corazones completos mediante bioimpresión.

Expertos internacionales recibieron la noticia como un avance revolucionario, pues combina la biotecnología, la ingeniería y la medicina regenerativa en un solo proyecto, acercando la posibilidad de órganos personalizados impresos a pacientes en todo el mundo.

Los investigadores anunciaron que los próximos pasos incluyen mejorar la vascularización del tejido impreso, garantizar su viabilidad a largo plazo y realizar pruebas preclínicas para evaluar su seguridad antes de ensayos en humanos.

Este desarrollo reafirma el papel de la impresión 3D y la biotecnología como herramientas clave para el futuro de la medicina, ofreciendo soluciones innovadoras que podrían transformar radicalmente la atención médica y la calidad de vida de millones de personas.