Cuba enfrenta crisis profunda tras dos apagones masivos en menos de un mes
La Habana — Los dos apagones totales que han sacudido a Cuba en las últimas tres semanas han representado un severo golpe para el país, exacerbando una crisis económica, política y social ya de por sí aguda. El paso del huracán Rafael, que azotó el occidente de la isla hace tres días, fue la última causa del colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), el segundo en menos de un mes, luego de que una avería en una planta termoeléctrica dejara a todo el país sin luz por más de tres días.
La paralización de la producción, la pérdida de alimentos refrigerados, la suspensión del abasto de agua y el colapso de hospitales, escuelas y transporte han sido solo algunos de los efectos devastadores de estos cortes prolongados. En palabras del economista Pavel Vidal, el país se encuentra atrapado en una “trampa de pobreza” que dificulta cualquier capacidad de recuperación económica. “Esperaría una caída muy significativa del PIB este año, lo que representaría la tercera recesión desde la pandemia”, señaló.
Tamarys Bahamonde, experta en políticas públicas, también subrayó que “no hay crecimiento ni desarrollo en el siglo XXI sin electricidad”, haciendo hincapié en el impacto de los apagones en la productividad de las empresas y en las condiciones de vida de la población cubana, la cual ya enfrenta una crisis alimentaria y energética.
El agotamiento emocional en la población es evidente, según Rita García, directora del Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo en Cárdenas, quien describe cómo el contexto de apagones prolongados, de hasta 20 horas diarias en algunos puntos del país, afecta a miles de familias. “Ya las personas no lo soportan más. Estamos desesperados”, indicó García, refiriéndose a la situación crítica en la atención de ancianos vulnerables en su comunidad.
Para la socióloga cubana Cecilia Bobes, los cortes han reavivado el descontento y la frustración, aunque considera improbable que se produzca un estallido social comparable al del 11 de julio de 2021. “La extrema precariedad atiza la indignación, pero también provoca tristeza y desesperanza, que desmovilizan”, apuntó.
En este contexto, la antropóloga Katrin Hansing de la Universidad de la Ciudad de Nueva York describió los apagones como un reflejo simbólico de la fragilidad del sistema cubano, señalando que los cortes generan una “incertidumbre permanente” y una “energía negativa” que agravan la angustia en la población.
Cuba enfrenta desde hace cuatro años una crisis marcada por la escasez de productos básicos, inflación, dolarización y una alta migración. Estos problemas, sumados a la pandemia, sanciones externas y políticas internas fallidas, han intensificado una situación que deja a la isla en una precariedad sin precedentes, cuestionando el futuro y la viabilidad del modelo económico y social del país.