Internacional

Denuncian la detención de otro sacerdote en Nicaragua

El sacerdote nicaragüense Harvin Torrez, rector del Seminario de Filosofía San Luis Gonzaga de la Diócesis de Matagalpa, fue detenido esta mañana por la Policía Nacional en un contexto de crecientes tensiones entre el gobierno del presidente Daniel Ortega y la Iglesia católica, según denunciaron feligreses y opositores.

Torrez, quien dirige la parroquia Santa María de Guadalupe en Matagalpa, fue arrestado por el “régimen sandinista”, indicaron en la red social X los dirigentes opositores Medardo Mairena y Haydeé Castillo, así como feligreses a través del portal Panorama Católico. Castillo, exiliada y activista de derechos humanos, advirtió sobre la “cacería en contra de la libertad religiosa en Nicaragua” y urgió al papa Francisco a intervenir para asegurar la libertad en el país y proteger a “su iglesia”.

Hasta el momento, ni el gobierno de Nicaragua ni la Policía Nacional han ofrecido declaraciones sobre la detención de Torrez ni sobre otras detenciones recientes, de las cuales generalmente no suelen pronunciarse.

La Diócesis de Matagalpa es dirigida desde el exilio por el obispo Rolando Álvarez, quien fue excarcelado y enviado a Roma en enero pasado.

El sábado pasado, el Colectivo Nicaragua Nunca Más denunció una “escalada represiva” contra la Iglesia católica nicaragüense, señalando que en las últimas 96 horas las autoridades han detenido al menos a 13 sacerdotes, algunos de ellos en situación de desaparición forzada. La organización indicó que esta nueva arremetida está focalizada principalmente en la Diócesis de Matagalpa, cuyos encargados, monseñor Ulises Vega y el padre Edgard Sacasa, están entre los capturados.

En enero pasado, el gobierno de Ortega acordó con la Santa Sede el envío al Vaticano del obispo Álvarez y de otros clérigos nicaragüenses que estaban privados de libertad. Anteriormente, en octubre de 2023, el gobierno excarceló a 12 sacerdotes y los envió al Vaticano tras un acuerdo similar, aunque Álvarez se negó a abandonar el país y fue condenado a 26 años de prisión.

Las relaciones entre el gobierno de Ortega y la Iglesia católica atraviesan un momento de gran tensión, caracterizado por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de relaciones diplomáticas.