Derretimiento de glaciares provocaría erupciones más explosivas a nivel mundial
Científicos alertaron que el acelerado derretimiento de glaciares debido al cambio climático podría aumentar la frecuencia e intensidad de erupciones volcánicas explosivas en distintas partes del mundo. De acuerdo con estudios recientes en geología y vulcanología, la pérdida de masa glaciar disminuye la presión que recubre las cámaras magmáticas subterráneas, facilitando su ruptura y liberación repentina de energía.
El fenómeno, conocido como descompresión magmática, ha sido observado en regiones volcánicas cubiertas históricamente por hielo, como Islandia, Alaska, los Andes y partes del sur de Chile. Cuando los glaciares se derriten, la falta de peso sobre la corteza terrestre permite que el magma ascienda con mayor rapidez y aumente la probabilidad de erupciones violentas, con emisión de ceniza, gases tóxicos y flujos piroclásticos.
Los investigadores señalaron que este proceso no solo afecta volcanes activos, sino que también podría reactivar estructuras volcánicas dormidas si las condiciones de presión cambian lo suficiente. La preocupación aumenta en zonas cercanas a centros poblados, donde una erupción repentina tendría consecuencias humanas y económicas de gran alcance.
Además del riesgo volcánico, el deshielo también altera la estabilidad del terreno, incrementando la posibilidad de deslizamientos, avalanchas y la liberación de gases atrapados como el dióxido de carbono y el metano. Estas dinámicas se retroalimentan, ya que una erupción volcánica puede acelerar el calentamiento global mediante la emisión de partículas y gases de efecto invernadero.
Los expertos advirtieron que el vínculo entre el clima y la actividad geológica no debe subestimarse, y pidieron incluir este tipo de riesgos en los modelos de previsión climática y gestión de desastres naturales. Subrayaron también la necesidad de fortalecer los sistemas de monitoreo volcánico en zonas sensibles al deshielo y promover medidas de adaptación en comunidades vulnerables.
El estudio concluye que el cambio climático no solo tiene impactos visibles en la superficie, como el aumento del nivel del mar o las sequías, sino que también puede activar procesos geológicos profundos con consecuencias inesperadas para la estabilidad del planeta.