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Desarrollan material que convierte calor en electricidad con eficiencia récord

Un grupo de investigadores ha logrado diseñar un nuevo material termoeléctrico capaz de transformar el calor en electricidad con una eficiencia sin precedentes. Este descubrimiento representa un paso significativo hacia el aprovechamiento de la energía residual que hoy en día se pierde en procesos industriales, motores y dispositivos electrónicos.

La conversión termoeléctrica se basa en el llamado “efecto Seebeck”, por el cual una diferencia de temperatura entre dos extremos de un material puede generar una corriente eléctrica. Aunque esta propiedad se conoce desde hace más de un siglo, la eficiencia de los materiales termoeléctricos siempre ha sido limitada, lo que ha impedido su uso a gran escala.

El nuevo material, desarrollado en laboratorio con una estructura cristalina especialmente optimizada, logra mantener una alta conductividad eléctrica mientras reduce drásticamente la conductividad térmica, algo que históricamente ha sido muy difícil de equilibrar. Este doble efecto permite que una mayor proporción del calor se transforme en energía útil.

“Estamos frente a un cambio importante en el diseño de materiales para capturar calor residual”, explicó uno de los científicos a cargo del proyecto. “Este material podría integrarse en motores de automóviles, plantas industriales o incluso en aparatos electrónicos, donde se genera calor que normalmente se desperdicia”.

El impacto potencial es considerable. En la industria automotriz, por ejemplo, hasta el 70% de la energía del combustible se pierde en forma de calor. Si parte de esa energía pudiera recuperarse y transformarse en electricidad, se reduciría el consumo de combustible y las emisiones contaminantes. Del mismo modo, en fábricas y centrales térmicas, la instalación de módulos termoeléctricos podría contribuir a la eficiencia energética global.

Aunque el nuevo material aún debe pasar por pruebas de durabilidad, escalabilidad y costo de producción, su desempeño en condiciones de laboratorio ha superado ampliamente a los compuestos existentes.

Si el desarrollo continúa avanzando, podríamos estar ante una tecnología clave para la transición energética hacia un modelo más sostenible y eficiente.