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Detectan actividad volcánica inesperada bajo la Antártida: posibles implicaciones para el cambio climático

Un reciente descubrimiento ha generado gran interés en la comunidad científica internacional: se ha detectado una creciente actividad volcánica bajo el hielo de la Antártida Occidental, lo que sugiere la existencia de una red volcánica mucho más activa y extensa de lo que se creía hasta ahora. Este hallazgo podría tener implicaciones profundas en el estudio del cambio climático y en la estabilidad de las capas de hielo que cubren el continente.

Utilizando datos sísmicos y sensores de calor instalados bajo la superficie del hielo, los investigadores identificaron movimientos subterráneos, emisiones térmicas y acumulación de gases volcánicos en regiones que hasta ahora se consideraban geológicamente estables. Las señales coinciden con actividad magmática en zonas profundas, lo que indica la presencia de cámaras volcánicas activas.

Uno de los focos de mayor preocupación es que el calor generado por esta actividad geológica estaría debilitando la base de grandes masas de hielo, haciendo que se deslicen con mayor rapidez hacia el océano. Esto acelera el proceso de derretimiento, contribuyendo a un incremento sostenido del nivel del mar. Algunas plataformas de hielo en contacto directo con estas zonas calientes ya muestran signos de fractura estructural.

Si bien la actividad volcánica subglacial no es nueva en la región, lo que sorprende a los expertos es la magnitud y el ritmo de los cambios registrados. El hallazgo sugiere que el vulcanismo antártico ha sido subestimado en los modelos climáticos actuales, lo que podría significar que se ha calculado de manera conservadora el impacto de la Antártida en el aumento del nivel del mar.

Además, los científicos están estudiando cómo estas emisiones podrían influir en la composición atmosférica local, ya que ciertos gases liberados podrían modificar patrones climáticos regionales o contribuir al debilitamiento de la capa de ozono en las capas superiores de la atmósfera.

Este descubrimiento ha desencadenado una carrera por comprender mejor la dinámica geotérmica del continente helado. Nuevas misiones con sensores satelitales, perforaciones profundas y modelos de simulación avanzada están en marcha para predecir con mayor precisión el comportamiento futuro del hielo antártico.

El hallazgo no solo modifica el mapa geológico de la Tierra, sino que también obliga a reconsiderar la velocidad con la que el planeta está cambiando, y subraya la necesidad urgente de actualizar los modelos climáticos globales.