Detectan que bacterias en la Estación Espacial Internacional muestran mayor resistencia en el espacio
Un grupo de microbiólogos reportó que varias cepas de bacterias que habitan en la Estación Espacial Internacional (EEI) han desarrollado adaptaciones que las hacen más resistentes a la radiación cósmica y a las condiciones de microgravedad. El hallazgo, dado a conocer en las últimas horas, genera preocupación sobre los riesgos de salud que podrían enfrentar los astronautas en misiones espaciales de larga duración.
El estudio se basó en muestras recolectadas en distintas superficies de la EEI, incluyendo filtros de ventilación, paredes y equipos de uso cotidiano. Tras analizarlas en laboratorios en la Tierra, los investigadores descubrieron que algunas bacterias mostraban modificaciones en su estructura genética y en sus mecanismos de defensa, lo que les permite sobrevivir en un entorno extremo donde la radiación solar y la ausencia de gravedad son factores constantes.
Los científicos destacaron que estas adaptaciones no implican necesariamente que las bacterias se hayan vuelto más peligrosas, pero sí que presentan una mayor resistencia a desinfectantes y antibióticos comunes. Esto podría complicar el control de infecciones en la estación, un tema que ya ha sido identificado como una prioridad médica por las agencias espaciales.
La investigación también reveló que, en ciertos casos, las bacterias no solo sobreviven, sino que pueden proliferar en condiciones que en la Tierra serían hostiles. Esto abre nuevas preguntas sobre la capacidad de los microorganismos para adaptarse más allá de nuestro planeta, un campo de estudio relevante tanto para la astrobiología como para la seguridad de las futuras colonias espaciales.
Los expertos señalaron que comprender estos procesos es esencial antes de emprender misiones más largas, como la exploración lunar permanente o los viajes tripulados a Marte. En trayectos de meses o años, una infección que no pueda ser controlada de manera eficiente representaría un riesgo crítico para la tripulación.
La NASA y otras agencias colaboradoras ya evalúan protocolos más estrictos de esterilización y el uso de tecnologías avanzadas para el control microbiológico a bordo. Asimismo, los resultados del estudio podrían tener aplicaciones en la medicina terrestre, ya que ofrecen nuevas pistas sobre cómo las bacterias desarrollan resistencia en ambientes extremos.
El hallazgo confirma que la vida microbiana es mucho más flexible de lo que se pensaba y plantea retos adicionales para la exploración espacial. Lejos de ser un obstáculo menor, el comportamiento de las bacterias en el espacio se perfila como un factor determinante para garantizar la seguridad y el éxito de las próximas generaciones de astronautas.