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Drones explosivos, un arma letal en Colombia: 13 policías muertos y la sospecha de su uso para derribar un helicóptero

Los grupos armados ilegales en Colombia están utilizando cada vez más drones modificados con explosivos, un cambio en la dinámica del conflicto que ha dejado un saldo trágico. Las autoridades investigan si uno de estos artefactos fue el responsable del derribo de un helicóptero en una operación antidroga el pasado jueves, un incidente en el que fallecieron 13 policías y al menos tres resultaron heridos.

El ataque ocurrió en una zona rural de Amalfi, en el departamento de Antioquia, durante labores de erradicación de cultivos de hoja de coca. Según la policía, los agentes en tierra fueron atacados con disparos y explosivos, lo que requirió el envío de un helicóptero de apoyo que también fue atacado. Videos difundidos en redes sociales por autoridades locales muestran una columna de humo saliendo de la aeronave mientras se precipita a tierra.

El director de la Policía Nacional, mayor general Carlos Fernando Triana, confirmó que en el ataque se utilizaron drones y artefactos explosivos artesanales, aunque no ha confirmado que un dron fuera el causante del derribo del helicóptero. Triana atribuyó el ataque a una disidencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), liderada por alias “Calarcá”, que no se acogió al acuerdo de paz de 2016.

El auge de una táctica letal
Este incidente subraya el creciente uso de drones por parte de los grupos ilegales para fines tanto ofensivos como de inteligencia. En los últimos meses, esta táctica ha cambiado el panorama del conflicto armado en el país.

Según Elizabeth Dickinson, analista del International Crisis Group, la fuerza pública no cuenta con los sistemas suficientes para contrarrestar esta amenaza, ya que son costosos y se necesitan en múltiples zonas de riesgo. Los drones utilizados son, en su mayoría, modelos comerciales adaptados de manera rudimentaria para portar explosivos. Dickinson explica que estos artefactos “no tienen capacidad de precisar cuándo va a explotar, sino que lo cargan y explota al azar”, lo que los convierte en una amenaza indiscriminada también para la población civil.

Las cifras de las Fuerzas Militares confirman el aumento de estos ataques:

2024: Se registraron 108 ataques con drones, resultando en un militar muerto y 26 heridos.

2025 (hasta la fecha): Ha habido 118 ataques, causando la muerte de nueve militares y 83 heridos.

La ola de violencia se recrudece
El ataque en Antioquia no es un hecho aislado. El mismo jueves, las disidencias de las FARC también fueron señaladas como responsables de la detonación de un coche bomba en Cali, que mató a seis civiles e hirió a más de 70 personas.

El aumento de la violencia se produce en un momento de estancamiento en la política de “paz total” del presidente Gustavo Petro, quien ha intentado dialogar con casi todos los grupos armados del país sin éxito significativo.

Para contrarrestar esta amenaza, el gobierno busca implementar un plan para adquirir sistemas anti-drones y los militares han comenzado a desarrollar sus propios drones de reconocimiento y ataque. Mientras tanto, analistas como Will Freeman del Consejo de Relaciones Exteriores advierten que es probable que los grupos ilegales intensifiquen sus exhibiciones de violencia a medida que se acercan las elecciones de 2026.